Alrededor de 2.500 personas se manifestaron ayer por las calles de Cuenca -según la organización, y entre 1.000 y 1.500 según la Policía Local de Cuenca- para reclamar al Ministerio de Fomento que el próximo 30 de noviembre declare la línea de tren convencional que une Madrid con Valencia como de "interés público y social" y evite su cierre.

También exigieron que el Gobierno autonómico inste al central a otorgar esta calificación como ya ha hecho con la línea Madrid-Guadalajara-Sigüenza.

La protesta contó con la asistencia de centenares de valencianos de la comarca Utiel Requena afectados por esta línea de tren, que exigieron que se mantenga un servicio cuya continuidad ha sido puesta en duda en las últimas semanas por dirigentes de la Junta de comunidades. Es más, el alcalde de Utiel, José Luis Rodríguez,-que también participó en la protesta- avanzó que solicitará que las Corts Valencianes también insten al Ministerio de Fomento a que mantenga la línea. Las deficiencias de misma quedaron patentes cuando el tren que traía de vuelta a los valencianos se averió durante 45 minutos.

El AVE Madrid-Valencia entrará en servicio el 19 de diciembre, y unirá las ciudades de Madrid, Cuenca, Albacete y Valencia. Por ello, los asistentes a la protesta de ayer recordaron que el servicio del tren de Alta Velocidad no presta servicio a las poblaciones rurales intermedias, tiene unos precios poco accesibles para un amplio espectro de la población y no se puede usar para el transporte de mercancías.

Y es que los manifestantes temen que con la llegada del AVE se suprima la línea convencional, a pesar de que el presidente de Renfe, Teófilo Serrano, aseguró el pasado jueves en Valencia que la línea seguirá en servicio.