Vicente Valero está cansado de oír que dentro de un mes podrá viajar en AVE de Valencia a Madrid en hora y media. Pero lo que realmente le gustaría a él, y a la silla de ruedas a la que está condenado, es poder viajar en tren por los pueblos de la Comunitat Valenciana. "Sin necesidad de costaleros", como él llama a "los paisanos que te suben con la silla de ruedas al tren con la misma alegría con la que levantan el paso de la Virgen". "Así es que podré viajar en tren a Madrid solo, sin ayuda de nadie, porque el tren y las estaciones estarán adaptadas a la silla de ruedas, pero todavía necesitaré costaleros para ir a Tavernes o a casi todas las estaciones valencianas. Eso es una vergüenza", opina.

Él está coordinando, para el Instituto para la Promoción de la Vida Independiente, un estudio sobre la accesibilidad del ferrocarril a la vista de la normativa estatal y de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Y denuncia que "la gran mayoría de estaciones de Cercanías de la Comunitat Valenciana" incumple la norma básica para los usuarios en silla de ruedas: que el andén esté a una altura de 68 centímetros.

También los trenes dejan que desear, añade Vicente Valero. Los únicos trenes de cercanías completamente adaptados son los del modelo Civia, que se fabrican desde el año 2000 y que todavían son una minoría. Renfe ha anunciado que todos sus trenes serán accesibles en 2015 gracias a una inversión de 293 millones de euros a nivel estatal. Entre las intervenciones previstas, se rebajará el piso del coche central de cada tren y se instalarán plataformas retractiles para facilitar el acceso a los convoyes. En Valencia, se reformarán los 28 trenes de Cercanías de la serie 447. Ésa es la promesa de Renfe, pero Vicente Valero no se resiste a contar sus experiencias. En los Cercanías, necesidad de costaleros. Y en una estación con andenes adaptados a la media distancia, como la línea Xàtiva-Alcoi, subir a un Civia (con el suelo del vagón 8 centímetros por debajo del andén) comprende la posibilidad de "dejarte los dientes" en caída libre, dice. "Cuestión distinta es abandonar el tren -añade-, porque el andén está ocho centímetros más alto que el vagón. Pero no pasa nada: si pones la silla de manera que la puerta no se pueda cerrar, el tren no puede arrancar y ya vendrá el maquinista, el revisor o el ministro a sacarte", afirma con sarcasmo.

Desde Renfe aseguran que están haciendo "un gran esfuerzo" para adaptar sus trenes y que lo conseguirán "cinco años antes de lo que exige la normativa". El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), responsable de los andenes de las estaciones, asegura que comprende las quejas de los afectados, pero destacan el trabajo realizado este año. "Hemos recrecido en un año los andenes de las estaciones de Catarroja, Massanassa, Alfafar-Benetússer, Sax, Elx, Xeraco, Sueca, SollanaÉ", señala un portavoz de la compañía. Adif asegura que el 90% de sus estaciones cumplirá el protocolo de accesibilidad universal en 2012. Y en 2014, como exige la ley, todas sus estaciones serán accesibles a las sillas de ruedas.

Pero los esfuerzos y las promesas no le arreglan el problema a todos los Vicentes Valeros postrados en silla de ruedas. Él, pensando en la mejor accesibilidad ferroviaria de Madrid, expresa su consuelo: "Igual que los madrileños tendrán la playa a hora y media con el AVE, los valencianos [con silla de ruedas] tendremos los trenes de cercanías a hora y media: en Madrid".