Convertir un barrio marginal en uno "simplemente normal". Esa fue la idea de Sebastià Jornet, Carles Llop y Joan Enric Pastor, arquitectos ganadores del Premio Europeo de Urbanismo por el Plan de Transformación del barrio de La Mina de Sant Adrià de Besòs (Barcelona) que se presentó ayer en Valencia.

La Agrupación de Arquitectos Urbanistas de Valencia organizó una jornada centrada en el conflicto urbanístico del Cabanyal y sus posibles soluciones. Más que hablar de las acciones realizadas en el plan barcelonés, se habló de la metodología, claramente distinta a la que se ha llevado a cabo en el barrio marítimo de la ciudad del Túria.

En primer lugar, el equipo de arquitectos desarrolló un estudio social y antropológico de la zona de La Mina, donde se constató la existencia de una grave problemática social. La Mina fue creada en los años 70 como consecuencia de una decisión administrativa que buscaba dar solución al acuciante problema de inmigración que sufría Barcelona en aquellos tiempos. El barrio fue poblándose por "barraquistas" y gitanos, que representan el 30% de la población. Muchas de las películas que tenían como protagonistas a delincuentes (El Vaquilla, el Torete y otros) de esos años se ambientaron allí. En 1992 las administraciones sentenciaron al barrio proponiendo su demolición. Sin embargo, este grupo de arquitectos, ahora ganador del prestigioso premio europeo, ha demostrado que existen otras posibilidades de intervenir urbanísticamente en un entorno.

Así, realizaron una radiografía de los edificios, constatando que gozaban de una "perfecta salud". La densidad de población tampoco era una excusa. La Mina no era ni mucho menos uno de los barrios más poblados de Cataluña. El tercer pilar del proyecto fue el estudio urbanístico en sí, donde se planearon las acciones concretas en el barrio, respetando en todo momento las viviendas.

El proyecto se basó, según Sebastià Jornet, en la concertación entre administraciones y la coordinación entre el barrio y la ciudad, en un consenso colectivo que diera lugar a una solución de continuidad y de compromiso. Hechos que, hasta el momento, no se están produciendo en el barrio de El Cabanyal, donde el ayuntamiento promueve un plan de severa afección al barrio.

"A Valencia le falta una erección"

Por su parte, el sociólogo José Miguel Iribas abogó por potenciar el Cabanyal "para potenciar Valencia". La ciudad "tiene las tres T, turismo, transporte y tecnología, pero le falta una erección". La playa, la Universidad Politécnica y el puerto configuran un "trío perfecto para revitalizar el barrio y la ciudad entera".