Mónica Ros

valencia

Fue la virgen de un pueblo, y hoy lo es de todo un barrio que no duda en salir a la calle para rendirle honores. Así lo demostraron ayer los cientos de vecinos de Campanar que participaron en los actos del día grande de la fiesta en honor a la patrona. Y es que la esencia de lo que antaño fue un pueblo de la huerta valenciana sigue viva en Campanar.

A las siete de la mañana, los más devotos asistieron a la tradicional misa «descoberta» para mostrar el fervor a la Virgen de Campanar, cuya imagen fue descubierta en el presbiterio de la iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia tal día como ayer, hace 415 años. A las nueve de la mañana el barrio entero celebró una «despertà» que no dejó indiferente a nadie, para pasar, a las 11.30 horas a celebrar una misa en honor a la virgen de Campanar que ofició el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, ante la presencia de centenares de vecinos y de los 180 clavarios y clavariesas de la virgen, que ocuparon los primeros puestos.

El olor a pólvora de la «mascletà» puso punto y final a los actos lúdicos que se han sucedido a lo largo de la semana (pasacalles, gigantes y cabezudos, mercadillos, calderas, moros y cristianos...).

Con la caída del sol, el fervor de los vecinos hacia su patrona se hizo evidente con la tradicional procesión que recorrió las principales calles del barrio. Más de 2.000 personas participaron en el acto más multitudinario de las fiestas. Uno de los momentos más emotivos se produjo cuando la comitiva se paró frente a la casa de una vecina enferma. Y es que aseguran los vecinos del barrio que la suya, la de Campanar, es una Virgen que obra milagros.