?Lo mismo que los hoteles de Valencia cubren la mayoría de sus plazas durante los días de fiesta, las viviendas ilegalmente ocupadas viven en Fallas un auge inusitado, tanto las que sirven de improvisada residencia para transeúntes y "sintecho" como las que han sido convertidas en centros sociales ocupados (CSO) por el movimiento "okupa" de la ciudad. Puede decirse que esta semana cuelgan también su particular cartel de "kompleto".

Ejemplo de las primeras son las viviendas situadas a la espalda del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), compradas por la Conselleria de Cultura para ampliar el museo. En estas viviendas, que están pendientes de derribo, viven de forma intermitente decenas de personas "sintecho" que, pese a las intervenciones policiales y el vallado de los dos primeros pisos, trepan por las rejas para encontrar refugio.

Ahora en Fallas vuelven a ser un punto de referencia para estas personas, muchas de las cuales han llegado a la ciudad con el propósito de practicar la venta ambulante, mendigar o incluso delinquir. Según los vecinos, en estas viviendas vuelve a notarse un importante movimiento, ya con los tapiados abiertos y las persianas metálicas recortadas, una situación que para el barrio resulta insoportable.

La buena noticia para ellos, según dicen, es que no se han vuelto a organizar, como hasta el verano pasado, fiestas-conciertos en una de estas viviendas convertidas en Centro Social Okupado "El Antro".

Precisamente, este tipo de centros, diseminados por toda la ciudad de Valencia y por algunas localidades del área metropolitana, son el otro punto de referencia para decenas de personas que llegan a las Fallas, aunque en este caso se trata habitualmente de jóvenes que vienen a disfrutar de su fiesta.

En estas casas ilegalmente ocupadas encuentran tanto la residencia como la diversión más alternativa de la ciudad.

El CSO Proyecto Mayhem, situado en la calle Pavía del Cabanyal, ha programado para estas fiestas un amplio programa de actividades bajo el epígrafe "Antifallas 2011". Concurso de paellas, conciertos y "cremà" llenarán los tres últimos días de fiesta y los beneficios serán para "la defensa colectiva", según reza el cartel anunciador.

En otros centros se organizan charlas, comedores veganos, y, sobre todo, conciertos de música con grupos punk y alternativos.

Entente con la policía

Para controlar esta afluencia masiva de personas, la Policía Nacional y la Local montan un dispositivo destinado básicamente a la identificación de personas y los excesos de ruido y molestias, pero no a la intervención directa o los desalojos. En años anteriores se produjeron incidentes con la policía básicamente en el barrio del Carmen, pero en las últimas fiestas la situación no ha degenerado en incidentes. Jóvenes y policía mantienen una "entente" que al menos en los últimos años ha dado resultado.