La fallera mayor de Valencia, Laura Caballero, salió de la Plaza de la Virgen pasadas las tres de la madrugada, tras haber entregado las flores, haberse emocionado durante la plegaria y haber cantado el himno. Nada que no estuviera previsto a poco que hubiera un poco de retraso, que lo hubo. Lo cual demuestra que la Ofrenda, tal como está planteada, está obligada a generar el debate sobre su idoneidad -o falta de idoneidad-. Tanto por la hora de llegada de la fallera mayor como por el hecho de llevar a niños de corta edad a altas horas de la madrugada. De acuerdo con este esquema, la fallera mayor infantil de Valencia de 2012 está condenada a ser la que aparezca en la plaza bien entrada la noche.

Durante el pasado ejercicio se estuvo barajando la posibilidad de organizar una tercera sesión el día 18 por la mañana. Se puso sobre la mesa para que hubiera fallas que lo hicieran voluntariamente. Sin embargo, el número de las que se apuntó a la iniciativa no aconsejaba cambiar la estructura. La consecuencia fue, obviamente, un final tan retrasado como en los ejercicios anteriores. Eso sí, las comisiones aprovecharon a hacer negocio, puesto que el número de participantes es mayor que la totalidad de falleros del censo.

Una nueva alternativa

En la Junta Central Fallera (JCF) se empieza a trabajar sobre una nueva opción que mantiene la alternativa de la tercera sesión: que en ésta tengan que acudir obligatoriamente las comisiones de ayuntamientos asociados a Valencia: Mislata, Quart de Poblet, Xirivella y Burjassot. Atendiendo además a varios factores objetivos. Primero que el protagonismo se mantendría, ya que se da por hecho que un 18 por la mañana es jornada de mucha presencia en la calle. Y además, porque las comisiones de estas poblaciones estarían disfrutando en todo este tiempo de un trato de favor ya que, además de la de Valencia, tienen una segunda ofrenda a la patrocina de cada población.

La presencia de las poblaciones sigue siendo una rareza dentro del funcionamiento de la fiesta. Sin embargo, fueron los propios falleros los que aceptaron mantener a estas comisiones, que participan de igual a igual en todos los concursos, pero con la salvedad de que no perciben la subvención por monumento e iluminación.