El nuevo Pont de Fusta de Valencia, cuyas obras han comenzado esta semana, tienen el visto bueno de la Dirección General de Patrimonio y de la Dirección General de Territorio y Paisaje, que sólo han hecho pequeñas alegaciones que no interfieren en su aprobación.

Por parte de Patrimonio se asegura que el proyecto es positivo para el Puente de Serranos, que dejará de tener tráfico rodado, y para su entorno. Únicamente recomienda que el arbolado que se ponga en el río se elija con la suficiente cautela como para que no perturbe la vista de los dos puentes históricos; los de Serranos y la Trinidad.

Así mismo, reclamó y obtuvo de inmediato más documentación sobre las rampas, conexiones peatonales y mobiliario urbano del puente histórico, que habrá de ser acorde con la estampa urbana en la que se enmarca.

Por su parte, la Dirección General de Paisaje dio el visto bueno a la espera sólamente del Plan de Participación Pública, que ya tiene en su poder, y con la condición de que se respeten las medidas de integración paisajística contenidas en el proyecto.

Para la asociación Cercle Obert de Benicalap, que se ha personado en el expediente, el nuevo Pont de Fusta no es necesario ni pacificará el tráfico en la zona ni contribuirá al disfrute del patrimonio valenciano. Es más, asegura que los informes favorables están basados en argumentos absurdos.