Han desaparecido los vídeos que Canal Nou emitió tan profusamente anunciando el acuerdo, han desaparecido las fotos que Gerardo Camps, por entonces, en 2007, vicepresidente económico del Consell que presidía Francisco Camps, se hizo ante el tanque de las orcas en el Marineland de Antibes, en Francia. Tanto l'Oceanogràfic, como Marineland, como Parques Reunidos, la empresa que engloba a ambos acuarios, o la Generalitat y la propia Ciutat de les Arts i les Ciències guardan silencio. Nadie sabe nada, pero las hemerotecas no mienten. "El Oceanogràfic exhibirá orcas el año que viene" o "Gerardo Camps cierra en Francia el alquiler de dos orcas para l'Oceanogràfic" fueron algunos de los titulares que, aquel agosto de 2007, contaron el acuerdo al que había llegado Camps y que traería dos ejemplares de orca, un gran cetáceo de la familia de los delfines, al acuario valenciano el año siguiente. Incluso se reformó el delfinario para dar cabida a estos enormes animales.

Es más, algunas voces aseguran que el delfinario del Oceanogràfic, con más de diez metros de profundidad en su piscina principal, se construyó teniendo en cuenta la eventual llegada de las orcas a Valencia. Las puertas de comunicación entre las piscinas, incluso, parecen ser demasiado grandes para los delfines mulares, según biólogos consultados, aunque fuentes oficiales lo niegan tajantemente. Lo que sí es verificable es que Gerardo Camps fue a Francia y se fotografió con los dos ejemplares de orca que iban a venir, dos machos llamados Inouk y Valentine.

Pero pasó el tiempo y las orcas no llegaban. En los vídeos promocionales del parque aparecían orcas, dándose así a entender que estos animales, de los cuales sólo hay 41 en cautividad en todo el mundo -cuatro de ellos en el Loro Parque de Tenerife-, vendrían a l'Oceanogràfic tarde o temprano. Lo cierto es que, tal como ha podido saber este periódico, había intención de traerlas, pero finalmente se desechó por, aducen fuentes de la Ciutat de les Arts i les Ciències, la gran cantidad de delfines presentes en las piscinas del delfinario y la imposibilidad de transportarlos a otras zonas del parque para hacer sitio a las orcas.

Más pequeño que el resto

Lo cierto es que el espacio del que disponen en l'Oceanogràfic para albergar estos animales parece suficiente. En Tenerife, las piscinas de las orcas tienen una profundidad de entre ocho y 12,5 metros y 120 metros de longitud, con más de 22 millones de litros de agua marina captada del fondo del Atlántico, a 65 metros de profundidad, que se mantiene constantemente a una temperatura de 13 grados centígrados. Allí hay cuatro animales. El delfinario tiene un volumen de 23 millones de litros de agua, a una temperatura constante y controlada de 22 grados, y la piscina principal tiene más de diez metros de profundidad. En SeaWorld Florida, por ejemplo, otro de los parques más famosos que alberga orcas, la piscina central, donde se lleva a cabo el espectáculo "Believe", cubre 10,9 metros de profundidad, y mide 51,8 metros de largo y 24 de ancho. Hay cinco piscinas más en este parque americano para un total de siete ejemplares. Las orcas miden entre 8 y 9 metros de largo.

La diferencia, por tanto, estriba en los delfines. L'Oceanogràfic cuenta con una de las más sanas y boyantes comunidades de delfines del mundo, con 22 ejemplares en sus instalaciones. Desde su apertura, han nacido en l'Oceanogràfic hasta siete crías de delfín mular, la más conocida de todas las especies de delfín.

Desde el parque aseguran que no tienen dónde trasladar los animales, por lo que la llegada de orcas a l'Oceanogràfic está suspendida, al menos a medio plazo. Habrá que esperar, por tanto, para ver estos espectaculares animales en Valencia.