Con el curso académico iniciado, los botellones han vuelto al Campus de Tarongers y con ellos los problemas vecinales y académicos. El rector de la Universitat de Valencia, Esteban Morcillo, ha aprovechado la presencia de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en la presentación de la Guía de Recursos Municipales para estudiantes internacionales, para recordar a la primera edil que la institución educativa desea y es partidaria de proceder al vallado del campus.

El rector recuerda que la UVEG "solicitó oficialmente hace algún tiempo" el vallado y sólo se tienen que "acordar los términos precisos en los que hacerlo porque realmente se ha llegado a una situación que es delicada". "Tanto la Universitat como el ayuntamiento y las asociaciones de vecinos necesitamos encontrar una solución razonable para evitar este problema que es molesto para el vecindario y que además no proyecta la mejor imagen de los estudiantes universitarios", ha planteado el rector.

Aunque reconoce que no hay una fecha prevista para ejecutar el cierre del recinto, Morcillo se muestra convencido de que "se va a poder acordar en muy breve plazo" y se ofrece a compartir los gastos -que considera asumibles- con el consistorio.

"El vallado del campus de Tarongers de la Universitat de València se ha acabado convirtiendo en algo necesario e imprescindible para la institución", ha defendido el rector de la UVEG, que considera que los botellones se han convertido en "un problema de imagen corporativa, de vecindario y de salud pública que debe resolverse a la mayor brevedad posible".

Barberá, por su parte, no se ha pronunciado acerca del vallado del campus y plantea aumentar la seguridad. "A la vista de cómo se está intensificando el tema de los botellones he dado instrucciones al concejal de Seguridad para que desde una posición de seguridad y de hacer cumplir las ordenanzas", ha manifestado.

No será un vallado absoluto

Esteban Morcillo recalca que la institución es consciente de la particularidad del campus que, "igual que el campus de Blasco Ibáñez, es un campus urbano, en ciudad, con edificios junto a avenidas y calles" y reconoce que "no se puede proceder a un vallado absoluto porque hay que dar respuesta a la circulación de personas y vehículos". "Se trata de hacer compatible el uso y disfrute de las instalaciones viarias y el respeto al descanso y la buena imagen que la universidad ha de transmitir a la sociedad", considera.