La adoptada noche de Halloween se reveló ayer en Valencia como una mezcla de Nochevieja, Carnaval y Fallas. El centro de la ciudad fue tomado por miles de jóvenes ataviados con disfraces de brujas, zombis y calabazas que consumieron alcohol en las calles hasta altas horas de la madrugada y obligaron a desplegar servicios especiales de policía, asistencia sanitaria y limpieza. Ocho toneladas de basura se recogieron en el casco antiguo, 37 chicos tuvieron que ser atendidos por excesos etílicos y se contabilizaron cinco heridos por cortes de botellas. Hubo que proteger incluso con vallas algunos puntos de especial sensibilidad patrimonial como la plaza de la Virgen.

Quien emitió el parte de guerra fue el propio Ayuntamiento de Valencia, que fijó como punto neurálgico de la fiesta el barrio del Carmen y más concretamente el entorno de la plaza de la Reina. Había pasado en años anteriores y cada vez ocurre con mayor intensidad. Miles de personas se dieron cita en el casco antiguo para pasar la noche de la forma más variada, acudiendo a los locales de ocio, la mayoría de los cuales habían organizado fiestas temáticas; paseando por las calles o recurriendo a improvisados botellones, generalmente en las plazas que salpican la zona.

Despliegue policial

La concentración de personas llegó a tal punto que fue necesario reforzar el fuerte dispositivo de la policía local con agentes de la Unidad de Intervención de la Policía Nacional. También fue necesario fijar dos puntos de atención sanitaria y de recogida de personas por parte de las ambulancias, uno en la plaza de Manises y otro en la de Cors de la Mare de Déu. Al parecer, alguno de estos vehículos fue zarandeado por la masa cuando trataba de acceder a un herido y de ahí la necesidad de colocar puntos fijos de recogida fuera de las calles más transitadas.

Por lo que respecta al patrimonio, la policía local colocó vallas en la plaza de la Virgen, uno de los referentes históricos de la ciudad, para evitar el consumo de alcohol y los excesos derivados de ese consumo. El año pasado una adolescente fue detenida cuando pintaba un grafiti en la puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia.

Al final de la noche la policía local contabilizó 37 personas atendidas por intoxicaciones etílicas y cinco heridos por cortes de vidrio, ninguno de ellos de gravedad. No se produjeron reyertas, eso sí, ni se tiene constancia de que se produjeran actos vandálicos o atentados contra el patrimonio, dijeron fuentes municipales.

Lo que si era muy visible era la cantidad de basura que quedó repartida por las calles del Carmen. Según las fuentes, en el dispositivo de limpieza, que se puso en marcha a las seis y media de la mañana y termino sobre la 1 del mediodía, participaron 80 personas, cuatro barredoras, cuatro baldeadoras y tres camiones. Y el resultado final fue de ocho toneladas de basura recogidas principalmente en las plazas de la Reina, de la Virgen, del Carmen, del Tossal o dels Furs, además de las calles Navellos y Blanquerías.

El concejal de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ramón Isidro Sanchis, lamentó "el escaso civismo de los participantes en estas concentraciones, en que la gente bebe sin moderación y tiran los residuos sin importarles el rastro de suciedad que dejan".

Sanchis añadió: "Si a esto le sumamos que estamos hablando de la parte histórica de Valencia, con una gran importancia patrimonial, el perjuicio para la ciudad es aún mayor".

El concejal instó a una mayor concienciación por parte de los participantes en estas fiestas, "que generan cantidades ingentes de suciedad en la ciudad", y recordó que "un dispositivo de limpieza como éste supone un esfuerzo económico para las arcas municipales en un momento difícil para todos".

Los locales hicieron pleno con los disfraces

"Pubs" y discotecas de Valencia tuvieron ayer una de las noches más concurridas del año gracias a las fiestas de Halloween. Así lo aseguró ayer Juan José Carbonell, presidente de la Asociación de Salas de Fiesta y Discotecas, quien ve luces y sombras en estas celebraciones. Asegura, por un lado, que Halloween, de origen anglosajón, ha calado muy bien en la sociedad española, de manera que en los últimos cuatro o cinco años su crecimiento ha sido exponencial. Por contra, cree que el "botellón" es un enemigo para los locales en estas y en otras celebraciones. Para llenar las salas, asegura, hay que hacer muchas promociones y ofertas.