La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Ana Botella, aseguró ayer que la convocatoria de elecciones generales y la consiguiente prórroga de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) no impedirán que el Gobierno central pague los dos millones de euros que tiene que poner para la reforma de la sección de pescadería del Mercado Central, que ya se ha puesto en marcha con los dos millones de euros, el otro 50%, que le corresponde al Ayuntamiento de Valencia.

Tal compromiso lo hizo público ayer durante la visita a las citadas obras en compañía de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que no dudó en calificar el acto de electoralista frente a la llamada a la concordia de Ana Botella.

"Por fin toma cuerpo el compromiso adquirido hace cuatro años por Teresa Fernández de la Vega, que se comprometió a hacer, al 50% con el Ayuntamiento, las obras de reforma de la pescadería", dijo Barberá, que cree que "fue un error" no hacer estas obras durante la primera fase.

La alcaldesa recordó que ellos han preparado su partida cada año y que el Gobierno "difiere la suya al año 2012", de manera que las obras, iniciadas por el Gobierno antes del verano, han comenzado con su dinero. Mostró su preocupación, por tanto, por esa aportación de la administración central, pues, según recordó, las elecciones obligan a prorrogar los presupuestos de 2011, que no incluyen esta partida. "A ver que encaje de bolillos hacéis", le dijo a la delegada del Gobierno.

Ana Botella, por su parte, admitió que llevan tres años con este problema y lo justificó en las necesidades de conciliar el presupuesto y las dificultades administrativas de un inmueble que es Bien de Interés Cultural. Pero destacó el trabajo de las dos administraciones y expresó el compromiso de atender sus compromisos presupuestarios el año que viene.

Respecto a la coincidencia con la precampaña electoral, recordó que las elecciones se han adelantado después de estar las obras en marcha y que esta visita se ha organizado ahora porque en breve quedará prohibido este tipo de actos por los comicios.

En lo práctico, Barberá explicó que las obras durarán ocho meses, con un paréntesis para Navidad, que es la época mejor de venta. Primero se está haciendo un cuarto del recinto y los 16 vendedores afectados (en total son 67) o han cerrado para hacer vacaciones o se han acoplado en otras paradas con la idea de luego devolver el favor a esos compañeros cuando les toque cerrar a ellos.