Mientras la mayoría de los valencianos celebraba el sábado con sus familias la Nochebuena, Ariel Carrizo mantenía su huelga de hambre indefinida que comenzó el jueves. Junto a dos compañeros que le apoyaban con una pequeña estufa de aceite y sobre colchones charlaron y luego durmieron en un bajo de la calle de la Barchilla, propiedad de la Iglesia. Allí se encuentra desde el amago de encierro en la Catedral que protagonizó Ariel junto a decenas de activistas del barrio Parc Alcosa de Alfafar. Exigen que la Generalitat y el ayuntamiento del municipio les paguen los más de 300.000 euros que le deben.

La "Koordinadora de Kol·lectius del Parke Alkosa" lleva recordando desde hace semanas en la Plaza de Manises que ese dinero que reclaman es el que las organizaciones sociales del barrio emplean en una red de proyectos sociales con los que favorecer a quienes más lo necesitan. De hecho desde el colectivo explicaban que cerca de 30 trabajadores sociales llevan cinco meses sin cobrar. Según explicaba su portavoz Antonio Valero, hoy tendrán una reunión con el director general del Servef, pero piden además un acuerdo a tres bandas en el que entren ellos y el Ayuntamiento de Alfafar. Solicitarán los pagos atrasados y un fondo social para apoyar pequeñas iniciativas económicas con las que subsisten los vecinos.

El jueves, tras pedir que se les permitiera realizar la huelga de hambre dentro de la Seo, se llegó a un acuerdo para que pudieran alojarse en el citado local que se encuentra frente al templo.

Apoyo político

Ariel Carrizo, que sólo se mantiene con agua, explicaba ayer que estaba "muy bien, sin problemas. Sólo tengo un poco de dolor de cabeza". Dice que no sufre de momento por el hambre. Pasa el tiempo leyendo o hablando con el compañero que durante 24 horas le acompaña. Cada día es uno diferente que se elige mediante turnos. Escuchan la radio o acuden a la Plaza de Manises donde más activistas siguen mostrando sus pancartas. Cada día recibe la visita de una médico para chequear su estado de salud. Según aseguraron, esta semana responsables de Intersindical, PSPV, EU, CGT y ERC, entrarán en la ronda de ayunos de apoyo a Ariel.

Explican desde el colectivo que la Iglesia no les ha asegurado que les vaya a permitir estar allí por tiempo indefinido. En plenas fechas navideñas quieren que sea un "poder" que ayude a mediar en la resolución de este problema del barrio. Ariel comenta que el lugar es familiar. Allí estuvo también haciendo una huelga hace diez años para reivindicar que no se privatizara el servicio de basuras. Como explica Valero, tras 15 días se consiguió llegar a "los llamados acuerdos de la Catedral", que incluía varios compromisos con el barrio, incluido la creación de un centro social "que todavía no ha llegado".