El Consell de la Generalitat Valenciana declaró oficialmente el día 31 de enero como Día del Árbol de la Comunitat Valenciana, mediante un decreto promulgado el 15 de enero de 1990. El Colegio de Enginyers de Monts de la Comunitat Valenciana apoya esta fiesta del árbol que no sólo se remonta a hace 22 años. Hay muchos antecedentes a nivel nacional e internacional y podemos decir que unos de sus pioneros fue el ingeniero de montes de Cartagena Ricardo Codorniu, artífice de la repoblación de Sierra Espuña, al que se le consideró el "Apóstol del Árbol" por su participación en la fundación a principios de del siglo pasado de la Sociedad de Amigos del Árbol y difusión de este evento. Con este evento, aprovechamos una vez más para recordar que los montes de la Comunitat Valenciana cubren una extensión de 1.323.465 hectáreas de su territorio, es decir, el 56,89 % de la superficie total, según datos del proyecto de Plan de Acción Territorial Forestal (PATFOR). La importancia de los montes valencianos no solo se deriva de su extensión física en el territorio de la Comunitat, sino también a los beneficios indirectos que éstos producen a su sociedad. Los denominados servicios ambientales de los montes como refugio ecológico, protección del suelo, absorción de CO2, control de la erosión y las inundaciones, incremento de las lluvias y disponibilidad de agua, oxigenación, calidad de vida, estabilidad y empleo rural, valores recreativos, paisajísticos y educativos están estrechamente relacionados con la calidad de vida.

La celebración del Día del Árbol no debe ser es un hecho aislado en la defensa de los montes valencianos y se debe complementar con el resto de actividades a promover por la Administración del Consell. Es necesario hoy más que nunca y a pesar de la crisis económica impulsar una adecuada promoción de la gestión sostenible de los montes de la mano de sus propietarios y de la administración local. Los montes valencianos están generando beneficios a la sociedad, pero no recursos económicos para sus propietarios: en pocas actividades se paga por su disfrute. Se benefician económicamente personas o empresas ajenas a la propiedad como puede ser el sector de la hostelería, restauración, turismo rural y servicios. En consecuencia, si no hay rendimiento la propiedad y la iniciativa privada, no gestiona el monte y este se deteriora. La gestión sostenible debe promover la lucha contra la erosión y desertificación, a través de acciones mejora de la cubierta vegetal con los trabajos de selvicultura, la conservación de suelos, la investigación y la mejora genética forestal. Es imprescindible no bajar la guardia en la prevención de incendios forestales, que implica vigilancia, selvicultura preventiva, medidas de publicidad, investigación de causas, conciliación de intereses, adecuación de infraestructuras (caminos, puntos de agua, red de emisoras). Por último, no olvidemos la gestión del uso recreativo de nuestros montes que tiene una capacidad potencial y creciente de generar recursos económicos en las zonas rurales valencianas.

Desde el Colegio de Enginyers de Monts de la Comunitat Valenciana, nos ofrecemos a ayudar en la planificación forestal tanto a corto como a largo plazo, consensuada por todas las partes implicadas con el fin de contribuir a la mejora de la calidad de vida de todos los valencianos.