Una empresa valenciana se ha hecho con la primera patente para el proceso de recogida y envasado del agua del mar.

Tal como explican portavoces de los Laboratorios Quinton de Alicante, propietarios de la patente, la recogida del agua se realiza mediante un barco exclusivamente en unos puntos llamados vórtices situados en el Golfo de Vizcaya. Se trata de torbellinos marinos donde la calidad del agua contiene más fitoplacton, es más pura y, por tanto, más recomendable para uso terapéutico.

A continuación, el agua es transportada hasta el laboratorio en camiones frigoríficos y, una vez allí, se analiza y se mezcla con agua natural. Por último se microfiltra en frío mediante una máquina exclusiva.

Todo este proceso es el encargado de certificar que el agua de mar que ofrecen los productos Quinton, que ya está a disposición de médicos en las farmacias, esté limpia de cualquier impureza, como residuos petrolíferos, y libre de adulteraciones con otros productos químicos.

Una de las formas más innovadoras que presentan los laboratorios son las ampollas bebibles, especialmente recomendadas cuando se hace deporte, ya que al sudar se pierden muchos minerales, o en estados de fatiga.

Además de ampollas para la ingestión, el líquido también se comercializa en forma de espray para aplicarlo de forma tópica, ocular o respiratoria.

Su precio varia según el formato, por ejemplo una caja de 24 ampollas cuesta unos 20 euros y un espray de 20 ml, 5 euros.

Según los laboratorios, la idea de envasar el agua del mar con este procedimiento surgió hace cien años del fundador de los mismos, René Quinton, un biólogo y fisiólogo francés.

Las propiedades terapéuticas del agua de mar han sido constatadas a lo largo del tiempo por la comunidad científica. Este líquido tiene una composición similar al plasma sanguíneo y, además, contiene 78 de los 104 elementos de la tabla periódica.