La alcaldesa de Valencia Rita Barberá baraja la posibilidad de recuperar la construcción de viviendas unifamiliares («casitas bajas») en la dársena interior del puerto de Valencia. Se trata de una posibilidad contemplada en los primeros planes de usos de la Marina Real que podría recuperarse ahora con el nuevo Gobierno del PP si se consigue la cesión de la dársena, propiedad de Puertos del Estado.

Fue en el año 1997 cuando el Ministerio de Fomento, la Generalitat Valenciana y el equipo de Gobierno municipal firmaron un convenio para quitar el uso portuario a 270.000 metros cuadrados de la dársena y entregarlos a la ciudad. Y a renglón seguido se pusieron en marcha iniciativas para urbanizar ese espacio y hacerlo, además, de manera conjunta con la urbanización del tramo final del cauce del río, lo que ahora se denomina PAI del Grao. Era el «balcón al mar».

Llega la Copa del América

Todos estos planes, sin embargo, quedaron paralizados con la Copa del América, aunque en 2006 se puso en marcha un plan para aprovechar y dinamizar el entorno de esas instalaciones una vez terminada la competición. Concretamente, se convocó un concurso de ideas para los 1,35 millones de metros cuadrados que ocupaban la Marina Real, los muelles de Astilleros y Levante y el futuro barrio del Grao.

Aquel concurso, al que se presentaron 135 arquitectos de todo el mundo, lo ganaron «ex aequo» el equipo alemán GMP y el de los arquitectos Jean Nouvel y José María Tomás, al que luego le encargarían que fusionara ambos diseños en uno solo.

En aquel proceso se dio forma al llamado «delta verde» —con canales y torres de hasta 50 alturas— y también a una zona residencial en la Marina Sur, con casitas unifamiliares y amarres. Eso, sin embargo, no pudo salir adelante porque el Gobierno central, entonces en manos del Partido Socialista, no permitía que una zona portuaria tuviera un uso residencial y aquella transferencia de titularidad firmada a finales de los años noventa no se había hecho realidad.

Cambio de Gobierno

En esa situación se ha llegado hasta ahora. Ayer la alcaldesa de Valencia culpó directamente a la exministra de Economía, Elena Salgado, de obstruir durante tres años el traspaso de competencias, preguntándose a cuánto ascendería el lucro cesante del tiempo que ha durado ese boicot.

Pero la situación ha cambiado. Ahora hay un nuevo Gobierno y una de sus máximas representantes, la ministra de Fomento Ana Pastor, estará en Valencia el próximo lunes para tratar todos estos asuntos.

Rita Barberá espera que la titularidad de la dársena quede desbloqueada cuando antes para iniciar los trabajos en este espacio. Y en este marco, la alcaldesa hizo una «reflexión» en el sentido de recuperar «las casitas» de la Marina Sur, la que hay al otro lado del canal, enfrente del edificio Veles e Vents, justo en la recta del circuito de Fórmula 1, un gran espacio ahora tapado por un muro y utilizado para el tránsito de contenedores.

«El ministro Jordi Sevilla —explicó la alcaldesa— aceptó en su día que la zona primera de los contenedores tuviera una zona residencial, pequeñita, bajita. Incluso el Partido Socialista abogaba porque en toda la zona donde estaba Boluda hubiera una zona tecnológica», añadió.

De todas formas, Rita Barberá quiso ser cauta. «Ahora no hay dinero», reconoció, y es preferible centrarse en cuestiones como las concesiones y la explotación de la Marina Real. De eso hablará también con Ana Pastor, así como de los terrenos de Adif en el PAI del Grao, de la Futura estación central del AVE o del Parque Central, asuntos mayores todos.