­De todas las danzas que participan en la procesión del Corpus Christi, la de la Moma es la más representativa. La figura de la Virtud, una dama blanca coronada de flores vestida a la usanza valenciana, atrae la atención de los espectadores mientras combate con los Momos, los siete Pecados Capitales que, armados con bastones, intentan doblegarla con la astucia o con la fuerza. Es una danza guerrera, y como tantas otras, está representada por hombres. Así fue antaño y así es ahora, aunque en apariencia la Moma, como la Virtud, es una mujer.

En la festividad del Corpus Christi de Valencia participa la asociación de Amigos de Danzas del Corpus —integrado por los grupos de Lo Rat Penat, Santa Bárbara y El Forcat—, que cuenta con cuatro personas que cada cuatrienio se turnan para convertirse en la esperada Moma. Este año le ha tocado el turno a Ramón Martínez Miñana, aunque conseguir que asuma el protagonismo cuesta lo suyo porque «es la Moma, la Virtud, lo importante de esta danza y no quien va debajo».

La clave para poder representar a la Moma se basa, en primer lugar, en conocer los distintos pasos de una danza que, a pesar de no tener excesiva complejidad, es «profundamente cansada». «El itinerario es largo, y la Moma participa en la cabalgata del Convite y en la procesión. La danza en sí misma no es complicada porque se centra en el paso básico del «valseo», aunque debe existir complicidad con los Momos para ir representando las diferentes figuras (la representación, el círculo, la fuente...). La Moma va bailando todo el rato y claro, es cansado. El traje, además, no es excesivamente cómodo porque no se respira bien, y es cierto que no puedes levantarte la máscara ni un minuto porque la figura perdería todo el misterio. Vas cubierto de la cabeza a los pies».

El traje municipal, de reserva

Lo segundo que es indispensable para poder representar a la Moma es tener un traje en propiedad. Y es que existe una tradición no escrita que asegura que «el traje de la Moma debe ser personal de cada uno». Cuatro personas de la asociación de Amigos de las danzas del Corpus tienen un traje de Moma. Por eso, se van turnando cada cuatro años. Sin embargo, el ayuntamiento confeccionó este año un vestido de la Virtud gracias a un taller de empleo municipal, que aunque este año se quedará guardado «podría servir en alguna ocasión si alguien quisiera interpretar a la Moma y no tuviera traje. Lo hicieron a modo de ´traje de reserva´ porque es la danza más esperada de la festividad del Corpus», explica Ramón.

La danza en sí misma está perfetamente documentada gracias a la iniciativa de un hombre —Fermín Pardo— que decidió ponerla en valor tras el franquismo porque habían caído en evidente decadencia. Ahora, los integrantes en las diferentes danzas de la fiesta aseguran, además, que esta tradición está asegurada. «Muchos escolares participan en la festividad y hay cantera para que las danzas duren muchos años más».