La propuesta del Gobierno de crear zonas comerciales libres de horarios en las grandes ciudades turísticas, entre ellas Valencia, no ha sentado bien al pequeño comercio de la ciudad, que o bien ha mostrado sus recelos con la medida o se han opuesto directamente a la misma. En líneas generales, creen que tendrán que hacer un esfuerzo de personal y horas de trabajo que no se verá compensado con las ventas. Puntos muy concretos como las tiendas de lujo de la calle Poeta Querol o la Marina Real, si algún día concreta una oferta comercial, son los únicos que podrían acogerse a esta propuesta-imposición de la administración central.

Desde una de las zonas de Valencia que podría verse afectada por esta medida, el centro histórico, el presidente de la asociación de comerciantes, Salvador Ferrandis, cree que en principio no hay ninguna ventaja en la medida. Es más, cree que el pequeño comercio puede verse perjudicado, pues "el centro no es homogéneo y aunque una tienda de moda podría tener sus ventas, una tienda de muebles no".

No ve tampoco claro que tengan que estar "de lunes a jueves sin hacer caja" y luego tener que abrir el domingo, con lo que eso supone de perjuicio económico y de problemas para el personal, que "también tiene derecho al descanso", dice.

Ferrandis cree que estas medidas, en las que se incluye también la apertura general de más festivos y la ampliación de horas de apertura, sólo beneficia a las grandes superficies, nunca al pequeño comercio que ellos representan. Como mucho, entendería una medida así en en la denominada milla de oro, es decir, en el entorno de la calle Poeta Querol, que tiene un comercio más concreto, y en la Marina Real si un día consigue cuadrar una oferta comercial. "Sería lógico que abriera. Nosotros somos partidarios", asegura Ferrandis.

También en el Observatorio del Comercio Valenciano, presidido ayer por el conseller de Economía, Industria y Comercio, Máximo Buch, los comerciantes fueron críticos con esta medida. De hecho, es la única que ha desatado el debate, pues el resto, tal como dijo el propio Buch, ya están implantadas en la Comunitat Valenciana. Para el conseller "es lógico" que Valencia sea declarada ciudad turística, porque eso le permitirá tener "más flexibilidad para determinar los días que consideren que son los de mayor afluencia de visitantes". Pero no opinaron igual los pequeños comercios y los supermercados.

La presidenta de la Confederación de Comerciantes y Autónomos de la Comunitat Valenciana, Encarna Sanchis, precisó que la declaración de Valencia como ciudad turística no supone que tenga que abrir todo el comercio, sino sólo en determinadas zonas. Aún así, mostró su rechazo a que las aperturas se hagan de forma homogénea e insistió en que la Generalitat defienda la peculiaridad del comercio valenciano.

Imposición de Madrid

Por su parte, el director de la Asociación de Supermercados de la Comunitat Valenciana, Pedro Reig, se ha mostrado en contra entre otras cosas porque no le parece "demasiado correcto que la imposición venga desde Madrid".

Reig recordó que la Comunitat tiene su autonomía en materia de horarios y "nos ha funcionado bien. Hemos gestionado desde aquí un modelo a seguir", dijo.

En cualquier caso, el responsable de la Asociación Valenciana de Consumidores (Avacu), Fernando Móner, explicó que, en principio, el borrador presentado el lunes "no es más que eso", por lo que el Gobierno deberá tener en cuenta las aportaciones de los distintos sectores implicados "para mejorarlo". También hizo hincapié en que muchas de las normas que están en el borrador "las tenemos en la Comunitat".