Ignacio Bernácer, el que fuera jefe de explotaciones de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), afirmó que esta entidad no comprobaba que Emarsa empleara correctamente el dinero que le destinaba para cubrir sus servicios. "La contabilidad de una empresa es secreta", dijo. Además, insinuó que los partes del tratamiento de fangos que llegaban a la entidad dependiente de la Generalitat fueron falsificados en la depuradora de Pinedo.

Durante su declaración ante el juez que instruye la causa y a preguntas de la fiscal, Bernácer reveló que detectó posibles firmas falsas del imputado José Alcácer -portavoz del PP de Albuixech-. Al mostrarle la fiscal del caso diversa documentación, dijo: "se parecen pero no son idénticas a las reflejadas en los partes de residuos". Bernácer añadió que este hecho era "extensivo a todos los partes de residuos". También quiso poner de relieve que en una documentación que envió el ex director financiero, Enrique Arnal, adjuntó unos documentos de la empresa Erwinin, del empresario fugado Ignacio Roca, en papel de Emarsa, con firma pero sin nombre.

Bernácer, a preguntas del ministerio fiscal, relató que él es Doctor en Farmacia y recordó que entró a trabajar en la Epsar en diciembre de 1993, tras optar a una oferta en la que le seleccionaron a él. También dijo que en 1997 fue nombrado jefe de Explotaciones, y que en esta etapa se encargaba del control de la depuradora de Pinedo, entre otras. No obstante, aclaró que el control "in situ" siempre se ejerció mediante empresas de control que accedían a esos trabajos por concurso.

El imputado, quien negó tener cuentas en Andorra, indicó que conoció al exgerente de la Epsar, José Juan Morenilla, en 1992, y afirmó que fue él quien le propuso para jefe de departamento.

Bernácer afirmó que la Epsar no trataba de comprobar las facturas relativas al coste del servicio de Emarsa, ni si empleaba correctamente el dinero destinado a financiar el coste, siquiera de forma aleatoria. Y subrayó que el departamento de explotaciones de la Epsar tenía como primera obligación y básicamente única comprobar que las depuradoras funcionaban bien en base a sus características técnicas, que lo hacían de manera ininterrumpida y que el gasto era adecuado.

Así, insistió en que cree que para comprobar los gastos de una mercantil "ya está la Agencia Tributaria, sus propias auditorias, la Sindicatura de Comptes en el caso de la Epsar y la intervención de la Emshi en el caso de Emarsa". Bernácer tendrá que volver.