La propuesta de Gobierno de crear zonas comerciales libres de horarios está causando la protesta de los pequeños comercios.

Una de las zonas de Valencia afectada por esta medida es el centro histórico de la ciudad. Muchos de los establecimientos son pequeñas tiendas donde el vendedor es el propio jefe, e incluso el único empleado. Los comerciantes afirman que el esfuerzo que tienen que hacer, aumentar sus horas de trabajo, no se vería compensado en sus ventas. Manuel, propietario de Mediterràni, tienda de souvenirs, indica que esta medida puede ser buena para salir de la crisis, pero hay negocios que no pueden asumir el cargo de un empleado para los fines de semana.

Los comerciantes de tiendas en la calle Poeta Querol, la llamada 'milla de oro', más prosperas en ventas, también coinciden en sus respuestas. Según Antonio, propietario de la joyería Antonio Romero, hay que pensar en el pequeño comercio, donde resultaría una carga económica tener que contratar a un trabajador adicional o bien doblar los turnos de la plantilla. En Timberland, José Luis, su propietario, está convencido que "sólo cinco o seis domingos al año serían positivos en ventas".

Sus negativas también están presentes ante el cambio del día festivo, de domingo a lunes. Según Javier, dueño de una mercería en la plaza redonda: "El séptimo día sirve para descansar". Y Chelo, propietaria de 'Muchos regalos', quiere tener al menos un día de la semana para poder compartirlo con su familia.