El físico valenciano Pablo Jarillo Herrero recibió ayer en el Museo de Historia Natural de Washington el Premio Presidencial a Jóvenes Investigadores Científicos (Pecase) por su trabajo de investigación científica sobre las cualidades del grafeno.

Jarillo, que desarrolla sus investigaciones en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) ha sido el único español condecorado entre los 96 escogidos por el Gobierno estadounidense para obtener el premio del presidente norteamericano, Barack Obama. Se trata del máximo reconocimiento del ejecutivo estadounidense en el campo de la investigación científica.

En el caso del joven físico valenciano (34 años), la Casa Blanca ha reconocido su labor de indagación sobre las propiedades del grafeno, considerado como uno de los materiales con un mayor margen potencial por explotar en el futuro. En 2012, su exitoso trabajo le ha llevado a publicar en prestigiosas revistas del ramo científico, como Nature Journals y Phisical Review.

Por otra parte, este premio no sólo supone el reconocimiento internacional a su trabajo, sino que Jarillo percibirá una jugosa subvención de la Casa Blanca de un millón de dólares para los próximos cinco años, lo que equivale a casi 200.000 euros anuales. La finalidad de estos fondos no es otra que el científico valenciano pueda proseguir con sus estudios sobre el grafeno a lo largo de los próximos cursos.

Está previsto que en los próximos días los 96 científicos premiados realicen una visita guiada por el ala oeste de la Casa Blanca, en la que serán recibidos por el presidente de los Estados Unidos.

La apuesta por el grafeno

En enero de 2009, Pablo Jarillo compartió con Levante-EMV los avances de su investigación respecto a las propiedades eléctricas del grafeno. Tras una conferencia en la Ciudad Politécnica de la Innovación en Valencia, su ciudad natal, el físico explicaba las ventajas que podría comportar el material semimetálico descubierto ahora hace siete años, el grafeno.

Ante las expectativas de la comunidad científica sobre las propiedades de este compuesto, Jarillo señalaba entonces que podría convertirse en "el mejor semiconductor del mundo", ya que si se enrolla una lámina de grafeno sus propiedades electrónicas y mecánicas superan las de otros materiales. La razón de esto es que el grafeno posee unas propiedades que propicia que los electrones circulen con una movilidad miles de veces superior a la que alcanzan en otros materiales, como el silicio.

Todo ello es fundamental para un avance significativo en el campo de los microprocesadores informáticos, ya que se podrían fabricar chips capaces de funcionar miles de veces más rápidos, y que pudiesen transmitir información a mayor velocidad. Si el trabajo desarrollado por Jarillo continúa avanzando de forma positiva, el resultado en pocos años podría transformarse en la creación de unos ordenadores más rápidos, aproximadamente 100 veces más veloces que en la actualidad, tal como el investigador explicó a este periódico hace dos años.