La Cofradía de Pescadores de Valencia se encuentra con el agua al cuello. La situación actual de las cuentas de la entidad y la denuncia de cinco de sus armadores por un presunto desfalco -que ascendería hasta los 700.000 euros-, han creado la sensación en algunos de los pescadores de que la Cofradía no podrá seguir adelante por sus propios medios.

Durante la jornada de ayer, los cinco armadores que han interpuesto la denuncia en los juzgados se personaron en las oficinas de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación para solicitar una reunión con los responsables del área de Pesca. Según uno de los pescadores, el trato en las dependencias de la conselleria fue muy cordial y hubo gran interés en celebrar en breve una reunión con el secretaria autonómica de Pesca para abordar la problemática. Mientras tanto, sus deudas con Hacienda, la Seguridad Social y las empresas que les proporcionan el combustible se acumulan.

Pese a las recientes declaraciones del presidente de la Cofradía, José Ramón Domingo, en las que aseguraba a Levante-EMV que desconocía el problema de los impagos y acusaba de una mala gestión contable a un ex trabajador del órgano de pescadores, los armadores no creen que Domingo se mantuviera ajeno por completo a lo que estaba ocurriendo.

En uno de los casos, un armador se enteró hace ocho meses que debe más de 45.000 euros en combustible desde el año 2009, más una elevada cantidad por IVA y la Seguridad Social. Este pescador afirma que nunca dejó de ingresar en las arcas de la Cofradía el dinero que debía ir destinado a solventar esos pagos, pero alguien lo utilizó para otros fines, dejando sin pagar a los proveedores y cargando la deuda a los pescadores. Actualmente el ambiente entre los miembros de la Cofradía es tenso, ya que las deudas no han recaído en todos por igual y algunos prefieren no denunciar.