­Han convertido parte de la iglesia de los Ángeles en un improvisado taller. Allí trabaja a diario un grupo de la Corporación de Longinos en la difícil tarea de restaurar un paso con el que desfilar en procesión durante la Semana Santa Marinera. Parece increíble que quien lleve la batuta en los trabajos en cuestión sean dos hermanas mellizas de 17 años.

Claudia y Rebeca Tomás Mora han cursado el bachillerato artístico, y con esos conocimientos están restaurando con esmero las figuras. Por cada una de ellas han llegado a pedirles unos 4.000 euros. Ellas, junto a Maria José Fabiá, Marisa Espí, José Ramón Tomás, Rafael Miralles, Alejandro Espí, Ángeles Mora, Andrés Mora, Maria Luisa Medina, José Espí y Javier Berenguer, entre otros, están demostrando que, en ocasiones, los sueños se pueden cumplir.

La Corporación de Longinos siempre desfilaba en procesión con la imagen del Nazareno. Hasta hace dos años. Una de las familias propietarias del santo discutió con la hermandad y decidió que la imagen se quedaba en casa. Desde entonces, conseguir un paso con el que salir en procesión en la Semana Santa Marinera ha sido la prioridad de esta entidad. Ahora bien, el objetivo era complicado, y más si se tiene en cuenta que un paso completo tiene un coste que supera, como mínimo, los 30.000 euros.

Pero la Corporación de Longinos está acostumbrada a los contratiempos, y la función de María José Fabiá, nombrada recientemente vicepresidenta de la entidad, ha sido imprescindible para empezar a luchar por un sueño.

Y es que fue ella solita la que descubrió un paso que estaba almacenado, deteriorado y olvidado en uno de los locales de la parroquia del Rosario. Se trata de un grupo escultórico que representa la VIII estación del Vía Crucis «Jesús entre las mujeres de Jerusalén». En un primer momento, en 1968 sirvió para que los más pequeños de la fiesta desfilaran con ella, gracia a la fundación de la Hermandad Infantil del Cristo Resucitado, que desapareció en 1979. En 1986 se refundó la Corporación Armada de Sayones (de la parroquia de los Ángeles). Durante los tres años que duró la entidad el paso desfiló en procesión. En 1989 se disolvió esta cofradía y el paso regresó a su lugar de origen, la iglesia del Rosario, donde permaneció hasta que una joven «ronquina» €como denominan en el Semana Santa Marinera a la Corporación de Longinos€ la descubrió.

«Tirarlas a la basura»

Cuando los «ronquinos» se pusieron a pedir presupuesto para que algún experto les restaurara las figuras se quedaron de piedra. El grupo escultórico está formado por un romano, un nazareno, dos mujeres y dos niños. Todas las figuras estaban bastante deterioradas. Tanto es así, que más de un artista les recomendó, directamente, «que las tiráramos a la basura».

Sin embargo, un grupo de Longinos decidió pasar el verano restaurando las figuras. «Total, peor de lo que estaban no podían quedar», explican las jóvenes mientras trabajan. El resultado final es digno de una felicitación pública. Ahora, sin embargo, les queda el último escollo para poder ver realizado el sueño que tanto ansían

Y es que los grupos escultóricos desfilan sobre un trono-anda que, como poco, cuesta 6.000 euros. Ese es el precio que les ha presupuestado un artista, con una sola condición: que le concreten el encargo antes de septiembre. Por ello, el tiempo corre en contra de esta hermandad que busca un patrocinador que invierta en el trono-anda, el primero en propiedad desde hace 93 años.

Y es que si algo tiene claro la Corporación de Longinos es que no pueden endeudarse más. Por ello, llevan el verano entero soportando el sofocante calor entre pinturas y barnices, y ahora solo desean que el «milagro» ocurra y alguien patrocine el trono-anda del que ya es su nuevo paso de Semana Santa.