La ampliación del Palacio de Congresos de Valencia sigue sumando enemigos y todo parece indicar que el frente empresarial crece por momentos. El presiden­te de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Bolu­da, considera que esta ampliación, cuyo coste se estima en 24 millones de euros, «puede ser necesaria dada la falta de capacidad del recinto actual para acoger grandes eventos». Sin embargo, el máximo responsable de AVE cues­tiona «la oportunidad de plantear una gran inversión porque a nadie le sobra dinero».

En sintonía con la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), el naviero se pregunta «si es el momento oportuno de planificar proyectos de ampliación del Palacio de Congresos cuando lo me­jor sería elaborar un plan de racionalización y usos de todos los espacios de la ciudad para la organización de eventos», incluidos los recintos de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Palau de la Mú­sica o Feria Valencia», entre otros. En su opinión, «hay mucha oferta en Valencia y el momento de la ampliación no es ahora, porque existen otras prioridades en el mundo de la economía y de las infraestructuras».

«Sentido común»

Mientras tanto, el presidente de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APV) de la Comunitat Valenciana, Francisco Ros García, sostiene que la corporación local no puede «hacer las cosas porque sí». En ese sentido, sin mostrar su pleno rechazo a la propuesta que sostiene el equipo de gobierno de Rita Barberá, el consejero delegado de la Corporación Ros Casares considera que «puede tener sentid­o común» la ampliación del Palacio de Congresos, aunque comentó que desconoce los pormenores del proyecto, así como de las razones que han llevado a la pa­tronal provincial CEV a oponerse a una iniciativa tan ambiciosa. «Desconozco si ha habido reuniones entre el ayuntamiento y la patronal», concluyó el conocido industrial.

La posición de los empresarios ha sido clave en el proceso de ampliación del Palacio de Congresos, que en realidad consiste en construir otro edificio gemelo, de menor tamaño, al lado del que ya exis­te en la avenida Cortes Valencianas.

Aunque en el consejo de administración celebrado el año pasado todas las entidades dieron su apoyo al proyecto, ahora han surgido discrepancias que han venido a unirse al malestar que, sin ser público, existía también en Feria Valencia, competidor del Palacio de Congresos en el mundo de las convenciones y las reuniones de negocios. La CEV fue la primera en discordia y ahora se ha sumado AVE.

También han mostrado su oposición, después de abstenerse o ausentarse en el consejo de admi­nis­tración, los grupos de la oposición municipal Compromís y Esquerra Unida, que consideran que en tiempo de recortes hacer estos gastos puede considerarse un despilfarro.

El equipo de gobierno, firme

A pesar de ello, desde el equipo de gobierno municipal se insiste en la viabilidad y conveniencia del proyecto apelando a veces a la condición privada de esta inversión y en ocasiones a la legitimidad del gobierno local para tomar decisiones en este sentido. Todo parece indicar que está habiendo conversaciones más o menos informales con los empresarios pa­ra conocer su opinión, que podría tener alguna fractura.