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Hace algo más de quince años, el mundo de las fallas empezó a beneficiarse de una medida sin precedentes en la fiesta, que ha contribuido poderosamente a la consolidación de las comisiones de falla en el movimiento asociativo: la concesión de préstamos para la adquisición en propiedad de los casales. Desde entonces fueron muchas las que abandonaron viejos locales, incapaces de satisfacer las necesidades sociales de sus inquilinos y otros encontraron la solución a un problema que se les suscitaba al acabar alquileres históricos o, simplemente, desalojos por parte de los dueños.

Esto permitió, además, convertir los casales en locales mucho más polivalentes y, sobre todo, mejor adaptados a la legislación, incluyendo salidas de emergencia, insonorizaciones, etcétera.

Este proceso adquisitivo va tocando a su fin. La partida presupuestaria ha acabado aunque, como decía el presidente Francisco Lledó, "si alguna comisión más lo solicita, intentaremos encontrarle una solución". Los dos últimos contratos firmados fueron los de Cádiz-Los Centelles y Visitació-Oriola, este último inaugurado el pasado jueves.

Seiscientos mil euros ha costado el nuevo local social. Quince años para pagarlo. De acuerdo con el compromiso municipal, el interés concedido por CRM es del Euribor más el uno por ciento. El ayuntamiento paga el primer tres por ciento, por lo que la comisión de Zaidía, por ejemplo, empieza pagando tan sólo el 0,2 por ciento de interés. "Nos llamaron confirmando la concesión de crédito el pasado 28 de diciembre. Pensamos que era una broma".

Se reducirá... la falla y algo más

"Son quince años en los que habrá que sacrificar cosas. La falla será más pequeña, habrá un poco menos de pirotecniaÉ pero, con el paso del tiempo, quedará que la comisión tiene un espacio para toda la vida. Estamos dejando algo para nuestros hijos y nietos" aseguraba feliz el presidente, José Martínez.

Una planta baja de 450 metros cuadrados bastante diáfanos, con la inspiración y los planos del casal de Sagunto-Padre Urbano, cuyo presidente en los ejercicios anteriores, Pedro Pons, impulsó la compra de uno de los casales más modernos y funcionales de la ciudad. Ahora viene lo difícil: pagarlo. "Pero está todo en presupuestos. En la comisión hay 298 personas. Podemos asumir las cuotas, que son trimestrales, a base, como he dicho, de algunos recortes y sacrificios".