Algún tipo de proteína debe proporcionar la corte infantil que, cuando pasa el tiempo, recarga de energías falleras a quien por allí pasó. Viene a cuento porque, con Begoña Jiménez Tarazona, el cargo de fallera mayor de Valencia recae, por cuarta vez en cinco años, en una joven que pasó por la escuela infantil. Marta Agustín, Pilar Giménez, Laura Caballero y ella. Tan sólo se había colado Sandra Muñoz, la misma que ayer se hacía la foto de despedida, esa que saben que, tarde o temprano, tenía que llegar para anunciar el relevo en el siempre subyugante mundo de las falleras mayores y cortes.

Begoña formó parte de una de las primeras cortes infantiles del siglo, la de 2001. Por la casa familiar de la calle Pizarro pasaron Elena Nebot Collados y varias de sus ya creciditas compañeras de aventura, incluyendo a Carmela Borrás, que ya disfrutó lo suyo los últimos doce meses, dentro del incesante desfile de invitados a la fiesta de la joven. Entre apreturas y sudores.

Un domicilio fallero a rabiar. De las dos docenas de fotos que asomaban hasta en los espacios más recónditos, dos terceras partes son de fallas. Begoña de niña. Begoña con su hermano. Begoña con sus padres. Begoña mirando flores. Begoña con su prima hermana (María Marcos, que había sido de la corte infantil en 1999 y que este año será la fallera mayor de Isabel la Católica). Y siempre con la peineta calada. El año pasado fue fallera mayor de Isabel la Católica-Cirilo Amorós, su comisión de toda la vida. Ella no lo sabía y acudió a una junta sin saber que el presidente „no era Alberto Fabra, aunque alguno lo creyera en medio del maremágnum porque le tiene un aire„ ya había pactado el nombramiento con sus padres.

Unos progenitores que han criado a sus dos hijos en un ambiente docente. Él, Ricardo, es catedrático de Control de Plagas en la Universidad de Valencia. Su madre, Chelo, es profesora de primaria en el colegio Baladre del Puerto de Sagunto. Begoña, tras su paso por Dominicos „al lado de casa„, está en quinto de los seis años de ADE y Derecho. Pero da la sensación de que va a pedir la dispensa absoluta. «Estoy dispuesta a renunciar a todo. Le tengo mucho respeto al cargo, sé lo importante que és y estoy dispuesta a hacer todos los sarificios que sean necesarios para hacerlo bien».

Precisamente, ese compromiso fue una de las bazas que jugó a su favor. Begoña Jiménez era uno de los nombres que se barajaban, dentro de un año en el que ninguna había arrasado en los pronósticos. De hecho, de alguna forma ella vino desde atrás, remontando posiciones día a día. Y cuando se le preguntó si quería ser fallera mayor lo dijo con un «sí» categórico.

Todas juntas en casa Marset

Llegó la corte. Las mismas con las que había estado durante la mañana en el bar de una de ellas, Patricia Marset, picoteando para calmar los nervios. Las lágrimas corrieron cuando se abrazó a la que entró la última, Begoña Amorós, compañera de barrio y otra de las «papables».

Afortunadamente, la Begoña ganadora del premio gordo no se descolgó con un «no me lo esperaba», sino que reconoció que pensaba que «podía ser». Luego sí que apeló a lo previsible: «es un año muy difícil para todos, pero vamos a intentar sacarlo adelante». Le espera, a ella y a las demás, un año con menos lucimiento, algunos recortes, el posible regreso de la Intifalla bajo el balcón y las eternas dudas sobre si se llevarán bien. Reinará, si las profecías del fin del mundo no se cumplen, en el año 2013 «pero no soy nada supersticiosa. Ni estoy preocupada porque la oportunidad es única. Ahora me falta aprender de las que han ocupado el cargo en los últimos años». Echará de menos sobre todo «a mi falla y a mis infantiles», esos en cuya delegación trabaja desde que pasó a la comisión mayor.

Su éxito es el de la falla Isabel la Católica-Cirilo Amorós. El año pasado tuvieron a Macarena Bonal en la corte infantil (lo mismo, pero al revés, que Guardacostas-Jarqué Cualladó, que ha cambiado corte mayor por fallera mayor infantil). Este año, premio gordo. El barrio noble de la ciudad, Pla del Remei-Gran Vía, no tenía fallera en lo más alto desde Victoria Blázquez (infantil de 2008) y Lucía Gil (mayor de 2006). Hoy será la proclamación, en la que llevará su traje fetiche de color blanco. Y la vida de las fallas vuelve a su normalidad.