La lluvia "salva" a l'Albufera de un nuevo colapso por la paja del arroz

La lluvia de la pasada semana ha evitado este año el colapso de las aguas de l´Albufera provocado por la podredumbre de la paja del arroz. El lago ha recibido numerosas aportaciones de los barrancos tributarios de l´Albufera y de numerosas acequias cuyos caudales no están siendo utilizados para el riego y que han renovado las aguas del espacio natural justo a tiempo.

Fuentes de la Junta de Desagües del lago explicaron que l´Albufera se encontraba unos 30 centímetros por encima del nivel cero y que se esperaba que se abrieran las compuertas de la Gola de Pujol „antes hay que desbloquear la barra de arena que se ha formado en la desembocadura„para limpiar el lago de las algas acumuladas en su cuadrante noreste.

Los arroceros del lago ya han gestionado la apertura de las golas del Perelló, Perellonet y la Gola del Rey, entre Sueca y Cullera para sacar hasta el mar los restos de paja de arroz.

La renovación de las aguas del lago se ha visto retrasada sin embargo por el tapón de arena que bloquea la gola de Pujol, la vía de salida al mar más importante del lago.

Los temporales marítimos formaron una barra de arena de grandes dimensiones que solo puede ser retirada con excavadoras.

Hace unos días que la Junta de Desagüe envió una máquina para abrir la barra y poder activar las bombas que crean la corriente que desagua hacia el mar el excedente „cargado de nutrientes en descomposición„ del lago. Sin embargo, el acceso hacia la gola era inviable por el retroceso de la playa frente al mar y porque los responsables de la Devesa en el Ayuntamiento de Valencia habían bloqueado los caminos de acceso con cadenas.

Los candados habían sido cambiados sin dar cuenta al órgano que regula el nivel del lago y los enviados de la Junta de Desagüe, de la que también participa el Ayuntamiento de Valencia, tuvieron que volver sin poder actuar.

Fuentes de la Junta de Desagüe restaron importancia a este «malentendido» y dijeron que ya estaba «solucionado». «Ahora solo falta que el oleaje ceda un poco para poder abrir la gola sin que el mar la cierre poco después», dijeron.