De Jordi Fresquet se puede decir que es un artista que iba muy bien encaminado, pero que se quedó en el camino de haber sido uno de los grandes. Actualmente estaba considerado como un buen artista para secciones medias, capaz de ofrecer montajes correctos, incluso ingeniosos, pero que había tenido en el inicio de su carrera una trayectoria mucho más brillante que su presente. Un artista con talento más que suficiente.

Jordi Fresquet empezó a hacerse notar en las fallas infantiles, donde fue un asiduo a la Sección Especial en los primeros años de siglo. De su mano, Avenida Burjassot-Padre Carbonell consiguio unos resultados más que notables. Tras esta buena evolución, Conserva-Berenguer Mallol le dio la oportunidad de debutar en fallas grandes y, además, en Primera A, donde lograría el séptimo premio. Telefónica también le dio la oportunidad y logró el segundo premio en Segunda A.

Con estos antecedentes, en 2005 se presentó en la máxima categoría en Archiduque Carlos-Chiva. Condicionado por la inferioridad presupuestaria, debutó con una falla sin premio en 2005 y repitió al año siguiente con el duodécimo, la falla guionizada en parte por los dibujantes de «El Jueves» con miembros de la familia real en el remate.

Luego se mantuvo en las categorías altas „primeras y segundas„ con resultados desiguales. En los dos últimos años ya pasó a las divisiones intermedias.