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Una profesora de matemáticas de la Universidad Politécnica de Valencia (Macarena Trujillo), un arquitecto y urbanista (Rafael Rivera) y una historiadora (Rosa Martí) hicieron ayer de cicerones para un grupo de estudiantes de primer curso de la Escuela de Arquitectura por las calles del centro histórico. "El objetivo del paseo era que los alumnos entendieran que la arquitectura va más allá de la pizarra y que hay distintas formas de mirarla, desde las matemáticas y el urbanismo hasta la historia", explicó Trujillo.

La relación entre el arte y las matemáticas ha sido una constante en la historia y Macarena Trujillo quiso demostrárselo ayer a sus alumnos. Provista de un espejo y una cinta métrica la profesora hizo un ejercicio práctico aplicando la "semejanza de los triángulos" para aprender a medir la altura de un edificio -con el espejo en el suelo y alejándose los suficiente como para ver reflejado el punto más alto de un edificio se puede calcular su altura-.

Los alumnos hicieron la prueba del espejo sobre la escultura de San Vicente Ferrer de la plaza Tetuán. Desde allí partía el paseo, que acabó en el germen de la ciudad -la plaza de la Almoina- tras recorrer las calles del Conde Montornes, Trinquete Caballeros y Almoina. Macarena Trujillo asegura que su objetivo era ver superficies, proporciones y simetrías de los edificios de Valencia para luego aplicarlo a las clases teóricas.

Para Rafael Rivera, en una época en la que todo se hace por ordenador, "si los alumnos no aprenden el concepto y la esencia no podrán hacerlo bien". Para Rivera, "es importante que entiendan que la ciudad es algo unitario, desde la escultura hasta el pavimento o la iluminación, todo es una conjunción de variables y muchas miradas"