La comisión fallera Ceramista Ros-José María Mortes Lerma pudo ayer quemar su monumento «Vells contes de la Índia» tras mutilar los «ninots» de todos los símbolos de divinidades hindúes representados y así evitar un «conflicto internacional», como había amenazado un representante de la comunidad hindú en Valencia. La «cremà» de la falla estuvo precedida por 48 horas de tensión intercultural como no se recordaban en Valencia. El momento de mayor conflicto se produjo sobre las 20.30 horas, cuando un ciudadano de nacionalidad pakistaní fue detenido al intentar quemarse a lo bonzo tras haber estado rezando ante la falla, según confirmaron los dos falleros que evitaron la tragedia. Los familiares del arrestado, dos mujeres adultas y dos menores, tuvieron que salir escoltados por la policía local por los abucheos e insultos de los jóvenes que se habían acercado a contemplar los cambios en el monumento.

Tras este altercado, medio centenar de antidisturbios rodearon la falla para que los falleros y el artista del monumento, Sergi Fandós, que tuvo que acudir expresamente desde Andorra tras la polémica, pudieran retirar los elementos religiosos que la comunidad hindú no quería que ardieran. Todas las modificaciones en el espíritu de la falla fueron supervisados por el notario Ignacio Maldonado, que levantó acta del cumplimiento del pacto al que habían llegado por la mañana la comisión Ceramista Ros, el Templo Hindú y el Centro Cultural de la India, y la Junta Central Fallera. Cada una de las piezas que era retirada mediante una grúa de más de 15 metros levantaba las iras de las personas que se congregaron alrededor del monumento. Miembros de la extrema derecha aprovecharon el momento para abuchear a los falleros y lanzar gritos xenófobos.

El pacto al que se llegó por la mañana entre los diferentes agentes implicados fue desnaturalizar la falla para no ofender «sentimientos culturales o religiosos de la comunidad hinduista». La alarma social generada obligó a la policía nacional a custodiar el monumento desde el domingo por la tarde, al haber sido alertada la Delegación del Gobierno y la Embajada de la India en España. Según explicó el vicepresidente de la falla, el subdelegado del Gobierno en Valencia, Luis Santamaría, supervisó el desmontaje y el amplio dispositivo policial.

Se plantearon no quemarla

Las protestas del Templo Hindú y el Centro Cultural de la India, que se oponían a que la falla se quemara al haber representadas divinidades de su religión, forzaron a la falla a reunirse con un representante de la comunidad hindú en Valencia. En el encuentro también estuvo presente el secretario de la Junta Central Fallera. Según pudo saber este periódico, los falleros se llegaron a plantear no quemar el monumento por miedo a posibles represalias, aunque finalmente se llegó a un acuerdo que cristalizó en un comunicado conjunto en pro de «la convivencia entre los pueblos».

El pacto alcanzado consistió en eliminar de la falla cualquier elemento religioso y desnaturalizarla para de esta manera, quemar un simple elefante y no a Lord Ganesha, entre otros ninots relacionados con divinidades. Además, los falleros indultaron la figura de cartón piedra de «Shiva Nataraja», señor de la danza y tal vez el más rico y elegante símbolo del hinduismo. Como prueba de «buena voluntad» lo donarán al Templo Hindú-Sivananda Mandir de Valencia. Este elemento, de casi tres metros de altura fue transportado mediante un camión de gran tonelaje.

Los elementos más difíciles de cercenar fueron los brazos de Lord Ganesha, que representan las cualidades de la divinidad y que se encuentran a más de diez metros de altura. Fue otro de los momentos de mayor tensión, puesto que muchos de los asistentes mostraron públicamente su desacuerdo. El turbante del elefante fue tapado con un toldo para que no se viera. Curiosamente, los carteles de la falla habían desaparecido, aunque fuentes de la comisión lo atribuyeron al viento de estos últimos días.

Entre los miembros de la comisión fallera las opiniones eran dispares. Mientras los dirigentes optaron por la prudencia y ceñirse al comunicado conjunto, en el que remarcaban que no había intención de ofender a nadie, los falleros de a pie mostraban su disconformidad con la decisión al considerar la amputación de los «ninots» como una traición al «espíritu de la sátira fallera».

Numerosas personas de religión hindú han estado visitando la falla durante las últimas 48 horas. En algunos casos han acabado adorando las figuras. Ayer por la tarde la policía tuvo que desalojar a alguna de estas personas.