Los feligreses de la iglesia del Santo Ángel Custodio de Valencia podrán contar orgullosos a sus familiares y amigos que el mismísimo papa de la iglesia católica les ha dado la comunión. La efeméride ocurrió el 8 de julio de 2006 cuando el otrora cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, se encontraba en Valencia con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias al que acudía Benedicto XVI. Al pontífice Francisco le tocó en suerte la parroquia de la calle Salamanca en la que celebró una eucaristía a la que también asistieron 16 monjas Misioneras Eucarísticas de Nazaret, quienes inmortalizaron el momento. Una fecha que para ellas y la comunidad católica de la zona es ahora imborrable.

El nombramiento de Bergoglio como sucesor de San Pedro cayó como una verdadera bomba en esta conocida iglesia valenciana y entre sus feligreses. El propio Arzobispado de Valencia aireó la noticia. Una buena nueva que el párroco Miguel Díaz se encargó de contextualizar. Díaz confirmó el carácter cercano y reservado del nuevo papa, quien llegó a pie a la parroquia y sin otro atuendo identificativo que el alzacuellos característico de los sacerdotes.

Camino G., una de las monjas Misioneras Eucarísticas de Nazaret que estuvo en la eucaristía valenciana del nuevo pontífice y que fueron quienes captaron el momento, le explican a Miguel Díaz que llegaron a compartir una charla con el cardenal Bergoglio. "Justo antes de comenzar la misa de final de la jornada con el Santo Padre Benedicto XVI, estuvimos hablando a la entrada de la iglesia. Se le sentía tímido, de pocas palabras, observador y concreto, pero por lo visto en los medios, su vena coloquial y una parte muy grande de Estado de gracia están dando unos pasos muy interesantes para la Iglesia y el mundo", comenta la mujer.

Los protagonistas

En aquella misa estuvieron presentes en el altar, además del ahora sumo pontífice y del párroco Miguel Díaz, el vicario de Acción Caritativa y Social de la archidiócesis de Valencia, Vicente Serrano, y el hoy obispo de Santander, monseñor Vicente Jiménez, entonces titular de la diócesis de Osma-Soria. En la iglesia valenciana todavía guardan, a partir de ahora como oro en paño, la casulla que Díaz le prestó al ahora sucesor de San Pedro cuando el sábado 8 de julio de 2006 presidió la misa para los peregrinos hispano-americanos del V Encuentro Mundial de las Familias.

Entre las anécdotas que se guardan de aquella eucaristía está una que podía haber cambiado la historia de esta efeméride. El cardenal Bergoglio ofreció al hoy obispo de Santander que oficiara la misa al estar en su país. Este declinó el ofrecimiento y le cedió los honores al ahora papa Francisco. No hubiera sido lo mismo.

El entonces arzobispo de Buenos Aires llegó al Cap i Casal varios días antes del Encuentro Mundial de las Familias. Vino acompañado por el resto de arzobispos hispano-americanos y participó en las jornadas que organizó la Conferencia Episcopal Española en Feria Valencia. A estas charlas asistieron las diferentes comunidades católicas argentinas residentes en España así como de otros lugares del mundo.