El maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros, José Latorre, salió ayer en defensa del artista que ha realizado el polémico monumento de la comisión Ceramista Ros-José María Mortes Lerma del que se han tenido que salvar del fuego varios "ninots" por las críticas de la comunidad hindú que considera ofensivo que sus símbolos religiosos sean quemados. Latorre apuntó que el autor de la falla, Sergi Fandos, "no ha buscado ofender a nadie". "Es algo que le puede pasar a cualquiera porque no caes en que determinadas figuras puedan resultar ofensivas". Por eso Latorre insistió en que "hay que ser respetuoso con las simbología y ser muy cuidadoso sobre todo con las creencias religiosas".

Con todo, el presidente del gremio artesano aseguró que no es partidario de dar ninguna recomendación ni coartar la libertad de los agremiados porque "al final acabaríamos por no criticar ni a los políticos, ni a la casa real, etc.". "El artista tiene que ser crítico pero sin difamar", apostilló Latorre, quien no sabe qué consecuencias hubiera podido tener la polémica de la falla ceramista Ros de no haber llegado a un acuerdo para retirar las figuras de deidades hinduistas. "Radicales hay en todas las creencias, incluso entre los católicos", destacó Latorre, quien asegura que lo vivió en primera persona con el ninot de un obispo que fue calificado de indecoroso. Latorre también aludió a la polémica del Cristo de una falla del Marítimo que también fue indultado. Por regla general los ninots que simbolizan el catolicismo suelen librarse de las llamas.

Por su parte, el presidente de la Junta Central Fallera y concejal de Fiestas, Francisco Lledó, aseguró que respeta la decisión de retirar los elementos que pudieran "inducir a pensar" que se trataba de símbolos religiosos que podían herir la "susceptibilidad devocional" de los hindúes, que había formulado una protesta. "Lo que queremos los falleros es tener la fiesta en paz", recalcó el edil, antes de asistir a la última "mascletà" de Fallas. El objetivo de la falla ha sido "homenajear" a las figuras "representativas" de la cultura hindú "y no el de ofender sentimientos culturales o religiosos de la comunidad hinduista".

Lledó explicó que se ha llegado a un acuerdo entre las partes implicadas -JCF, comisión fallera y el Templo Hindú- para eliminar del monumento cualquier símbolo u objeto religioso que "pudieran herir la susceptibilidad devocional de los hindúes". Además, la falla acordó "indultar" la deidad del "Shiva Nataraja" y donarla al Templo Hindú-Sivananda Mandir, en la plaza del Patriarca. De este modo, "las partes están satisfechas y queda zanjada la polémica", apuntó Lledó.