Dan fe de ello los vecinos del centro histórico: las campanas del Miguelete apenas descansaron ayer. Comenzaron muy pronto: a las 7.30 horas ya volaban las campanas en lo más alto del Miguelete, y durante todo el día repicaron hasta despedir la fiesta entre las 20 y las 21.30, cuando volvieron a ser volteadas durante la procesión, a la salida de la Custodia de la catedral, cuando pasó por la plaza de la Reina y cuando volvió a la Seu.

El momento más espectacular fue el repique de mediodía, cuando tocaron todas las campanas históricas de la catedral. Es una costumbre del siglo XIX que acompaña el inicio del Convite.

Ya el sábado los toques de campanas conformaron la banda sonora del centro. De 20 a 20.30 horas, el Miguelete coordinó los campanarios de toda la ciudad. Ese noche no hubo la conocida como "señal de cerrar la muralla", porque las campanas quedaron rectas preparadas para la fiesta de ayer.