Como auguraban los vendedores del mercado de l'Escuraeta, en plena plaza de la Virgen, el día grande del Corpus Christi mejoró la recaudación del mercadillo artesanal y consiguieron bajar la persiana hasta 2014 con pequeñas pérdidas. La situación se esperaba que mejorara hoy, sobre todo después de las semanas vividas a los pies de la catedral, cuando las condiciones climáticas y la crisis provocaron que los vendedores vieran cómo sus ingresos se reducían entre un 10 y un 50 % con respecto a 2012.

En cualquier caso, cierran el año con incertidumbre. A la espera de ver en qué quedan las reuniones que representantes de los puestos y funcionarios de la Concejalía de Mercados del Ayuntamiento de Valencia han celebrado estos días después de que el consistorio haya decidido imponer puestos prefabricados para 2014, lo cierto es que entre los vendedores nadie quiere las casetas, que reducirían la cantidad de género que pueden mostrar al público, algo "muy importante", dicen, en un mercado de esas características.