Las obras de reurbanización en Russafa, un populoso barrio de calles estrechas y contadas plazas de aparcamiento, están poniendo a prueba la paciencia de vecinos, comerciantes y hoteleros que denuncian la sensación de aislamiento que tienen por el elevado número de calles cortadas. El director general de Obras Públicas de la Conselleria de Infraestructuras, Vicente Dómine, visitó ayer el barrio con el concejal de Urbanismo, Alfonso Novo, para comprobar la marcha de las obras.

Dómine, que se reunió con los vecinos y comerciantes del barrio para atender sus sugerencias, admitió que las obras "a veces parecen desesperantes, incluso para las Administraciones Públicas", pero apuntó que "se están desarrollando en unos tiempos razonables". Las obras de reurbanización, que concluirán antes de las fallas de 2014, supondrán la renovación de la práctica totalidad del barrio. De los 60.000 metros cuadrados sobre los que se iba a actuar se ha pasado a 80.000.

Así se incluirá en el ámbito de actuación el entorno del mercado hasta la avenida Antic Regne de Valencia, de manera que se suelde el tejido de Russafa con la zona de l'Eixample -calles Burriana, Conde AlteaÉ-, y con la reurbanización de calles como Maestro Serrano, una calle muy importante por el flujo peatonal que tiene.

Alfonso Novo, por su parte, apuntó que el actual era el momento ideal para llevar a cabo porque así el barrio estará totalmente renovado cuando la crisis económica remonte.

Las obras tienen un presupuesto de 11 millones de euros y se han dividido en cinco fases -Cádiz-Sueca, Pedro III, Literato Azorían, Maestro aguilar y Denia- para intentar minimizar las molestias y compatibilizar las obras con la intensa actividad comercial, vecinal y festiva de Russafa, sin embargo, los comerciantes se quejan de que la intervención ha agravado los efectos de la crisis y ha llevado al cierre a decenas de tiendas. Los hoteleros por su parte han notado una pérdida de actividad del 50%.

Los vecinos, por su parte, reclaman que se pongan más operarios a trabajar para agilizar el ritmo de trabajo, que se mejore la señalización sobre itinerarios alternativos y se pongan medidas para reducir el problema del polvo.

Dómine explicó que se han recibido sugerencias para no cortar del todo las calles en las que se actúe y mantener el paso de tráfico, lo cual no se descarta aunque ralentizará más todavía el ritmo de trabajo.

Para dar información de las obras a los vecinos se han colocado unos paneles explicativos de las actuaciones urbanísticas en el mercado de Ruzafa. Próximamente se habilitará una página web para explicar el avance de las obras y donde habrá un buzón de sugerencias.

Dómine admitió asímismo que la ampliación de aceras, en las que se podrán instalar nuevas terrazas, ha supuesto la pérdida de plazas de aparcamiento. Los vecinos de Russafa, que sólo cuentan con un aparcamiento público, negocian con el ayuntamiento la implantación de la zona naranja.