La vida de los materiales puede alargarse cuando muchos la dan por finalizada. La de los residuos de la industria de los curtidos no es una excepción. El Instituto Tecnológico del Calzado y Conexas (Inescop) de Elda ha lanzado un proyecto, Microtan, con el que espera reciclar los productos proteínicos útiles que quedan en los restos de pieles y cueros, como las gelatinas y los colágenos, para aprovechar sus propiedades curativas y aromáticas en la fabricación del calzado.
La iniciativa estará cofinanciada por el programa Life +, el fondo de la Unión Europea para el medio ambiente, que aportará la mitad de su presupuesto (que, en total, asciende a 793.816 euros). Su puesta en marcha está prevista para el próximo 1 de noviembre y su duración estimada es de tres años. Bajo la coordinación de Inescop, que también es responsable de otros dos proyectos seleccionados en el programa Life y participa en un cuarto, este instituto tecnológico contará en Microtan con la colaboración del centro italiano C.G.S. di Coluccia Michele.
La intención del Inescop es meter las gelatinas y los colágenos obtenidos de los residuos de los curtidos en unas microcápsulas que, a su vez, se incrustarán en zapatos. Esta técnica, la microencapsulación, se utiliza ya en industrias como la farmacéutica, la cosmética o la alimentaria. La responsable de Microtan en Inescop, Francisca Arán, explica a Levante-EMV, que este procedimiento "consiste en introducir un material dentro de una cápsula -igual que la de un medicamento-, de modo que queda encapsulado, pero en tamaños mucho más pequeños".
Una vez encapsulados los materiales, se colocan en zapatos, "en un forro o en una plantilla, por ejemplo". señala Arán. Así, pueden aprovecharse algunas de las propiedades de los materiales que en un principio eran residuos, ya que estas microcápsulas pueden "liberar un aroma o actuar como agentes microbianos", asegura Arán.
Con Microtan, el Inescop aspira a demostrar, en una escala semiindustrial, la viabilidad de los productos proteínicos obtenidos a partir de los restos de la industria del curtido. Según sus cálculos, puede llegar a tratar 50 kilogramos de residuos al día, en la planta de demostración que tiene previsto construir.
Además, si consigue estos objetivos, el Inescop espera que lleguen más beneficios económicos y medioambientales como consecuencia. De entrada, se reducirá el impacto de los residuos del curtido en el entorno. También se ahorrará en el transporte de los residuos, lo que ya lleva asociada una reducción de la contaminación.