La devoción también se va de vacaciones

La canícula de agosto se aproxima y la ciudad aparece cada día más vacía. incluso los lugares más frescos, como la capilla de Adoración Eucarística Perpetua de Valencia. Ubicada en la parroquia de San Martín, en la céntrica calle San Vicente, la capilla afronta su primer verano y busca voluntarios para reforzar algunos turnos del mes de agosto, ya que sus "adoradores" también se han ido de vacaciones.

Javier Taberner, responsable de coordinar los turnos, ha hecho un llamamiento: las franjas que precisan ser reforzadas son las de las 6 de la mañana y las 16 horas de los sábados y domingos, así como las 12 horas de lunes, miércoles, jueves y sábado. "Asimismo, los turnos de las 13 horas de los martes y viernes, las 17 horas de los martes, las 20 horas de los miércoles y las 22 horas del sábado también necesitarían ser reforzados", añadió.

La capilla de Adoración Perpetua es precisamente eso, un lugar abierto de forma ininterrumpida las 24 horas todos los días del año. Cualquiera puede ir a rezar o adorar, pero siempre habrá alguien fijo para custodiar de alguna manera el lugar y vigilar que no se haga un mal uso del enclave u ocurra algún incidente. Por ello, se establecen turnos de voluntarios: mañana, tarde, noche y madrugada.

Durante el año a las 12 horas "suele concentrarse mayor número de fieles pero ahora en agosto, que es cuando más gente está de vacaciones, no hay tantos voluntarios porque muchos adoradores salen de Valencia para sus lugares de veraneo", indicó Taberner. Asimismo, durante el año a partir de las siete y ocho de la tarde, cuando terminan los horarios laborales y las clases en las universidades, "llega a haber más de medio centenar de personas adorando el Santísimo".

Los voluntarios cubren un total de 168 turnos proyectados, a razón de hora mínima por persona cada siete días. La capilla lleva más de 10 meses de apertura continua y ya ha registrado cerca de mil voluntarios inscritos desde que fue inaugurada y bendecida el pasado 16 de septiembre por el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro.