Juan Ramón Jaén y sus dos hijos gemelos de 16 años, afectados por una parálisis cerebral infantil (PCI) y con un 66 por ciento de discapacidad, cenaron el pasado lunes en el depósito municipal de la grúa. Fue su particular forma de protestar ante una multa de tráfico que consideran injusta.

Por la tarde, Juan Ramón había dejado a sus hijos en la piscina cubierta de Campanar, en la avenida Pío XII, donde realizan sesiones de rehabilitación. Debido al escaso espacio para el aparcamiento y a las dificultades de movilidad de los adolescentes, optó por estacionar el coche en una zona no permitida, aunque «no molestaba a nadie», según afirma. Al regresar, veinte minutos después, comprobó que la grúa se había llevado el vehículo tras ser multado por la Policía. Juan Ramón se trasladó hasta el depósito municipal, donde se negó a pagar los150 euros de grúa hasta que, tras cenar allí con sus hijos volvió a casa pasada la medianoche con la intención de recurrir la multa.