Las aguas bajan revueltas en el Conservatorio Superior de Música de Valencia Joaquín Rodrigo. Tanto, que a cuatro días para que se reanuden las clases, la rotura de una tubería en el semisótano del edificio obligó ayer a la dirección del centro a cerrar las aulas y cortar el suministro de agua. Sin embargo, el inicio del curso 2013-2014, programado para el próximo lunes, no corre peligro, según afirmó a este periódico el director del conservatorio, Eduardo Montesinos.

La avería se produjo durante la ejecución de unas obras de mantenimiento en los paneles solares de la moderna construcción. Un error de los operarios propició el calentamiento excesivo de una tubería, que terminó por reventar, anegando el semisótano del edificio, en el que se encuentran 26 de las 65 aulas musicales, es decir, un 40 por ciento del total.

A lo largo del día de hoy, se celebrará un claustro en el auditorio principal en el que los responsables del Joaquín Rodrigo informarán de lo acontecido a los profesores, a quienes se les aseguró el mes de junio que los persistentes problemas de inundaciones que padece el centro desde su apertura iban a desaparecer este año.

Tres años pasados por agua

Y es que, desde que el conservatorio fuese inaugurado en junio de 2010, después de una inversión de más de 16 millones de euros, el sótano ha estado prácticamente inservible. Tal como señalan alumnos y profesores, los lavabos de las plantas bajas han estado inutilizados estos tres años, y las constantes inundaciones derivadas de las lluvias han forzado en varias ocasiones a la suspensión de clases y al traslado de los instrumentos de percusión.

En este sentido, Montesinos reconoce que están cerca de culminar las obras para la corrección de un problema en los desagües del sótano, incapaces de drenar el agua cuando llueve, y generadores de un «olor a cloaca», según el director del Joaquín Rodrigo.