El arquitecto local José María Lozano ha sido el elegido por el Ayuntamiento de Valencia para diseñar el planeamiento urbanístico de la antigua dársena portuaria -actual Marina Real Juan Carlos I-. El gobierno de Rita Barberá le ha contratado, sin mediar concurso público a través de la empresa municipal Aumsa, que hizo un proceso de selección al que fueron invitados cuatro arquitectos.

La redacción del planeamiento de la marina se encargó a Aumsa, si bien el coste del mismo lo asume el Consorcio Valencia 2007, el organismo donde están representadas las administraciones local, autonómica y estatal, que ha transferido 52.000 euros a Aumsa.

Vecinos y grupos de la oposición han reclamado al gobierno local que abra un proceso de participación pública para definir el futuro de un espacio tan sensible como es la marina. Los vecinos aseguran que el nuevo barrio no puede construirse de espaldas a los ciudadanos y reivindican su derecho a decir qué quieren que se haga en la antigua dársena.

José María Lozano, catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad Politécnica de Valencia, será el encargado de definir los parámetros urbanísticos del nuevo barrio de Valencia, esto es, de fijar los usos y distribución del suelo y las edificaciones, alturas, zonas verdes, ejes viarios y peatonales, etc.

En el planeamiento se tendrán en cuentra los condicionantes de la ley de Puertos para los terrenos desafectados que no facilitan los usos residenciales en este tipo de suelos. Barberá siempre ha defendido la construcción de "casas bajas" en la conexión de los antiguos muelles, una idea que Lozano apoya y que ha cuajado en otras ciudades con grandes puertos industriales como Rotterdam y Hamburgo.

Las derivas del urbanismo

El diseño de la ciudad es la principal competencia que tienen los ayuntamientos en materia de urbanismo y en el caso de Valencia el diseño de los 20 barrios previstos en el PGOU de 1988 se ha caracterizado por carecer de hilo conductor. Los nuevos barrios han sido diseñados por los agentes urbanizadores, es decir, por el arquitecto de turno que contrataba el promotor. Varios de ellos (Orriols, Quatre Carreres, Benicalap Norte) llevan el sello de Alejandro Escribano, padre del PGOU y arquitecto de cabecera durante el gobierno socialista de Pérez Casado.

El ayuntamiento ha dejado hacer interviniendo en contadas ocasiones como ha sido el barrio singular del Grao, en la fachada marítima. El diseño del Grao lo firman Nouvel y GMP y su planeamiento lo ha desarrollado José María Tomás. Lozano deberá armonizar la ordenación de la marina con el vecino y exclusivo barrio del Grao.

La comisión de Urbanismo debatirá hoy una moción del concejal socialista Vicent Sarrià en la que reclama a la empresa municipal de actuaciones urbanísticas la redacción de un plan de participación pública para la ordenación y lo usos de los terrenos de la antigua dársena portuaria cedidos a la ciudad en abril. Sarrià destaca en su moción que este debe ser el paso previo a cualquier exposición pública del planeamiento.

Además, los socialistas recuerdan al ayuntamiento que en octubre vence el plazo de seis meses que se fijó en el convenio de cesión de la dársena a la ciudad para que el puerto y el consistorio abordasen, después de años de promesas incumplidas, la reordenación de Natzaret, el barrio más castigado por la expasión del puerto industrial.

Sarriá reclama que el plan de ordenación y usos del área sur del puerto de Valencia, que hoy recibirá el "placet" en la comisión de Urbanismo y que permitirá al puerto elevar las alturas de sus edificios tenga en consideración la futura reordenación de Natzaret.

El gobierno local acordó encargó el 3 de mayo a Aumsa la elaboración del plan especial de ordenación de la dársena (actual Marina Real Juan Carlos I). El Consorcio Valencia 2007, que preside Rita Barberá, ha pagado los 52.000 euros que costará la redacción del planeamiento.

Los socialistas abogan por "la integración de los espacios urbanos con los espacios portuarios con una proyección netamente ciudadana".

Para Sarrià "de la acertada ordenación de los terrenos depende el futuro de la fachada marítima y la calidad de vida de los vecinos". De ahí, insistió, la necesidad de "que haya mayor participación ciudadana".