Durante tres horas y media, los aplausos irónicos, los reproches a voz en grito y las votaciones simbólicas con cartulinas de colores adornaron la última Junta Municipal del Distrito de Marítimo, celebrada el pasado miércoles.

Con algo más de cincuenta vecinos como espectadores y un bolígrafo como mazo para llamar al orden, el presidente de la Junta, el concejal Cristóbal Grau, dirigió la reunión acompañado por su colega en el Gobierno local, Alfonso Novo, el portavoz del grupo Compromís, Joan Ribó, y todos los vocales del distrito. Fue el primer pleno tras las vacaciones veraniegas y la lista de temas pendientes a tratar había crecido, tanto como el malestar de un gran porcentaje de los asistentes a la cita. La «mayoría silenciosa», si existe, se quedó esta vez en casa.

Durante la primera parte del pleno, en la que los vocales de los grupos políticos plantearon sus mociones para ser votadas, una treintena de vecinos quisieron dejar claras sus preferencias mediante simples cartulinas. El mecanismo era sencillo: A la hora de la votación de las propuestas, el público mostraba tarjetas verdes, en los casos favorables, y rojas en los adversos. «Nuestra voz no cuenta nada, esto es una pantomima», argumentaba uno de los «tarjeteros». El sentido de la votación de las cartulinas, puramente simbólica, nunca coincidió con el de los vocales de la Junta, donde el Partido Popular disfruta de una holgada mayoría absoluta tras el resultado de las últimas elecciones municipales.

Preguntas sin megafonía

Una de las mociones que agitó en mayor grado al respetable fue la de un representante de Esquerra Unida. En ella se solicitaba la instalación de un equipo de megafonía en el espacio donde se reúne la Junta, en el retén de la policía local del Marítimo. En cada pleno, los que no tienen la suerte de sentarse en una de las veinte sillas disponibles, sólo les queda la opción de permanecer de pie, al fondo de la habitación, sin apenas poder escuchar lo que el presidente y los vocales comentan.

Ante la efervescencia vecinal, molesta con la situación, Grau propuso estudiar el estado de los altavoces del retén, presumiblemente averiados, según indicó, y disponer del remanente de la Junta 1.155 euros, para la adquisición de micrófonos y un equipo de sonido adecuado. Ovación.

Pero los rifirrafes continuaron, en especial en el turno de ruegos y preguntas. Entre las discusiones por el estado de las aceras, de las grietas de los edificios, el futuro uso de la Marina o el circuito de la Fórmula 1, los residentes del Marítimo no dudaron en apostillar cada las intervenciones del concejal con jocosas ironías que arrancaban sonrisas en unos y desaprobación en otros.

A propuesta de Compromís, la página web del ayuntamiento publicará las convocatorias de los plenos de las juntas de distrito y las actas de dichas reuniones.