Cuando la talla de San Miguel salga hoy, al filo de las 20 horas, de la Iglesia de la Virgen de la Fuensanta, no volverá a entrar al templo. El párroco, Germán Padín, avalado por el Arzobispado de Valencia, ha comunicado a la Cofradía de San Miguel que no quiere que la talla, que representa al arcángel expulsando a Lucifer del cielo, vuelva a entrar a la iglesia. Las razones son múltiples: desde un altercado ocurrido hace tres años en la procesión, donde se insultó a Padín, hasta la falta de devoción de los cofrades o de mantenimiento de la talla. El sacerdote asegura que incluso se le cayó parte de la talla encima un día.

Todo parece remontarse a hace tres años, cuando Padín llegó a la parroquia. En la primera procesión de San Miguel -que este año se celebrará esta tarde-, un individuo sin identificar insultó al cura. Aquello fue motivo de enfrentamiento entre la cofradía y Padín, que resolvió no volver a aparecer en ningún acto de la cofradía. El enfado, según el presidente de la asociación, Antonio Defez, no ha hecho más que crecer. Y eso que, tal como defienden desde la cofradía, quien insultó al sacerdote y se comportó de manera inadecuada -"iba bebido", aseguran- no forma parte de la cofradía. "Le dije al cura que nos dijera quién le había insultado, pero no quiere saber nada", dice Defez.

Padín cuenta con una carta del vicario episcopal del Arzobispado de Valencia, Ramón Crespo, en la que se avala su decisión de "echar" a la talla. Aunque la última palabra la tiene el sacerdote, que además es profesor en un colegio cercano, Padín está totalmente de acuerdo con la carta del arzobispado.

Crespo asegura, en la misiva, que la imagen "permanece depositada en el templo sin que reciba ningún culto ni actos de piedad". Precisamente esa es otra de las quejas del sacerdote, que comenta que los cofrades "no acuden a misa". Defez lo reconoce, pero argumenta que eso "es un acto personal, de cada uno" y dice que él sí va. La cofradía la componen unas 45 personas, de las cuales 25 son niños, por lo que tienen "unos ingresos muy limitados": "No podemos pagar mucho a la Iglesia".

"El cura no quiere hablar"

La cofradía, además, critica la falta de voluntad de dialogar que tiene el sacerdote, con quien varios integrantes de la asociación han intentado hablar en varias ocasiones. "No quiere saber nada de nosotros", lamentan desde la cofradía.

Hoy habrá misa, pero no será en honor a San Miguel porque la cofradía no la ha pagado, y después la talla saldrá de la iglesia para no volver a entrar.