El valor de la Lonja de Valencia, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1996 por la Unesco, oscilaría entre los 350 y los 400 millones de euros, según el método de valoración de edificios históricos diseñado por los investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).

La Lonja de la Seda, construida entre 1482 y 1533, está considerado uno de los mejores exponentes del gótico civil del siglo XV y está enclavada en pleno centro histórico de la capital valenciana, pero todo tiene un precio, como revela el trabajo presentado como Tesina Fin de Máster por Miquel Gimeno, alumno del máster en Dirección y Gestión de Proyectos de la UPV. En él, se incluye también la valoración de otros inmuebles pertenecientes al patrimonio de la Generalitat susceptible de ser vendidos.

En concreto, el edificio que albergaba la Conselleria de Economía, ubicado en el número 32 de la calle Colón y alquilado a Bershka, tendría un valor de 21.977.233 euros; mientras que el del inmueble ubicado en el número 80 de la misma calle, donde radica la Secretaria Autonòmica d'Autonomia Personal i Dependència, sería de 13.651.024 euros. Por último, la sede del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), en la plaza de Nápoles y Sicilia, alcanza un valor de 9.450.998 euros.

Respecto a las claves del proyecto, Miquel Gimeno apuntó ayer a Levante-EMV que la intención de su trabajo «no es encontrar un precio monetario a los edificios históricos», sino «calcular el valor de estos inmuebles para la sociedad». En esta línea, el joven ingeniero de la edificación, de tan sólo 26 años, explica que «el precio de los edificios normales se barema según el mercado, es decir, por la oferta y la demanda. Sin embargo, en construcciones como la Lonja no hay mercado: «No se compran y venden lonjas todos los días», indica el autor del estudio.

Así pues, Gimeno mezcla en su tesina métodos de tasación tradicional, basados en hipótesis económicas como el precio del suelo urbano, con la evaluación de características intangibles, como por ejemplo el valor histórico.

Jerónimo Aznar, director del máster, también revela que esta forma de tasar los inmuebles se basa en el proceso usado con anterioridad por la UPV para valorar otros activos, como obras de arte, deportistas, la Albufera de Valencia, la Marjal de Pego-Oliva o entidades financieras, como Bankia o la CAM.

Con el informe de Gimeno se ha dado «un paso más», según Aznar, en la voluntad de establecer un valor a edificios monumentales o que forman parte del patrimonio de las Administraciones Públicas; eso, a su juicio, aporta ventajas no solo para venderlos, sino para darles un valor social.