En el apartado dedicado a los gatos, la ordenanza que prepara el ayuntamiento incorpora lo establecido desde hace algunos meses en el plan colonial felino de la ciudad, en el que se establecen las bases para el mantenimiento de las 500 colonias felinas que acoge Valencia, donde se calcula que viven cerca de 12.500 gatos. Una de las iniciativas del programa pasa por censar a todos los cuidadores y alimentadores de gatos, por lo que deberán someterse a una especie de prueba o examen del consistorio -aún por determinar- y recibirán una acreditación, con un carné, para alimentar a los animales. Con este método, la Policía Local tendrá constancia de qué personas gozan del permiso para atender a los gatos. En un principio, el carné tendrá un carácter nominativo por un año y será renovable, con el fin de elaborar este censo de alimentadores. Entre las condiciones para ser alimentador, se exige colocar pienso seco, en recipientes adecuados y en lugares alejados de colegios, hospitales o monumentos públicos. Actualmente, la ordenanza municipal sólo prohíbe depositar comida para animales en la vía pública sin autorización. El importe de este tipo de sanción es de 150 euros. p. v. valencia