Al tiempo que Cheste se afianza como una de las pruebas más rentables en el calendario del Mundial de Motociclismo, el circuito de Fórmula 1 de Valencia languidece a marchas forzadas, con un asfalto huérfano de monoplazas. Con él lo hace también uno de los símbolos más representativos de la época de los grandes eventos: la pasarela bautizada como «Cuc de Llum».

Esta estructura, compuesta de maderas nobles y vidrio, cuyo diseño y construcción supuso una inversión cercana a los dos millones de euros por parte de las arcas de la Generalitat, fue instalada en el entorno del Valencia Street Circuit con el único objeto de servir como entrada al recinto deportivo desde el barrio de Natzaret. No obstante, una vez inaugurado, el Consell y la empresa gestora del circuito -Valmor Sports- decidieron que el puente sólo sería habilitado para el paso del público durante los tres días que conforman la competición automovilística.

Así pues, desde el primer Gran Premio, celebrado en 2008, la pasarela sólo se ha abierto en aquellas jornadas en las que se han disputado las carreras. Cuando no ha habido actividad en el recinto, ha permanecido cerrada sin función alguna que cumplir; como el camino que lleva a ninguna parte.

Los números indican, por tanto, que en los cinco años transcurridos desde la primera prueba de Fórmula 1 hasta hoy, el «Cuc de Llum» ha estado accesible a los ciudadanos un total de quince días, esto es, dos semanas. El resto, los 1.812 días en los que no ha habido Gran Premio en la capital del Túria, el paso ha estado obstruido para que nadie lo utilizase.

Como consecuencia de su escaso uso, la infraestructura se ha ido degradando con el paso del tiempo, sobre todo en los últimos meses, con motivo de la evidente ocupación de un grupo de personas. Y es que, en el interior del «Cuc de Llum» se esconden colchones, se amontona ropa y se guarda comida, lo que ha dado lugar a la aparición de roedores. Además, los cables de la luz han desaparecido, como algunos de los pasamanos metálicos. Por otro lado, los cristales que forman el techo están rotos, en su gran mayoría, y varias de las maderas que lo envuelven han sido robadas o han servido como fondo de diferentes «grafitis».

El Ayuntamiento de Valencia recepcionó en 2010 las obras de la Fórmula 1, realizadas por el Ejecutivo valenciano, y ahora le compete su mantenimiento y su vigilancia. Por eso, desde la Asociación de Vecinos de Natzaret se insiste en que esta pasarela debería ser abierta por la corporación local a los vecinos, con el fin de unir el barrio con el Grao. Sin embargo, desde el consistorio no se considera útil esta apertura del puente, puesto que actualmente sólo conduce hasta las vallas del recorrido automovilístico. No hay otra salida.

En este contexto, el grupo municipal de Compromís anunció ayer que solicitará en el próximo pleno municipal una reordenación del circuito en el que se otorgue un nuevo uso al «Cuc de Llum» y otras instalaciones.

Una lona, origen del incendio

Una lona azul, colocada por encima de la pasarela metálica que cruza las dos orillas de la pista del circuito cerca del cementerio del Grao, habría sido la causa del incendio del pasado domingo. Según los vecinos de la zona, unas personas se introdujeron, a través de las vallas, en el recinto y se refugiaron bajo este viaducto. Lanzaron la lona para que funcionase como techo y al parecer, tras el manejo de un aparato eléctrico, alguna chispa terminó desembocando en el pequeño incendio.