La primera de las tres mesas de debate organizadas dentro del plan de participación pública del plan especial de la Marina Real Juan Carlos I reunió ayer a arquitectos, urbanistas e ingenieros de distintas universidades valencianas que se mostraron muy críticos con el documento coordinado por su colega el arquitecto José María Lozano.

El catedrático de proyectos de la ESET de la Universidad CEU-Cardenal Herrera, Javier Domínguez, manifestó su sorpresa por la ausencia de mayores referencias a los conceptos de sostenibilidad y ciudad verde y aseguró que «hubiera agradecido una visión de toda la ciudad, un plan estratégico que concretase qué quiere hacer la ciudad con la marina». En su opinión este espacio, que incluida lámina de agua suma una superficie de un millón de metros cuadrados, «necesita un motor» y señaló como ejemplo el London Eye, la famosa noria de la capital británica.

Domínguez hizo asimismo alusión a las viviendas en la marina, que según explicó Lozano no son posibles con la actual ley de Puertos. El catedrático del CEU aseguró que en la Comunitat «somos especialistas en sortear las leyes» y aludió a fórmulas como las viviendas tipo loft «donde cabe todo» y a los apartamentos turísticos tan extendidos por la costa valenciana. El urbanista apostó por promover un cambio en la legislación que supone «un corsé». Además, Javier Domínguez aludió a la «ausencia en el proyecto de la marina de un plan de viabilidad económica» ya que, a su juicio, existe «poca edificabilidad» si, como se ha dicho, el objetivo es rentabilizar los edificios para poder devolver el crédito del ICO cercano a los 400 millones de euros con el que se pagaron las obras de la Copa del América.

En la mesa, moderada por el concejal de Urbanismo, Alfonso Novo, también intervino el catedrático de Proyectos de la Universidad Politécnica de Valencia, Vicente Mas. El experto señaló como principal problema del planeamiento el «ensimismamiento» y su falta de visión e integración con el resto de los barrios del Marítimo, con la avenida del Puerto y con los proyectos en desarrollo, como el PAI del Grao y el delta verde del último tramo del Jardín del Turia. En relación a las viviendas, aseguró que «el plan sí tiene viviendas» en alusión a los barrios del Grao, Canyamelar y el Clot. «El ámbito dijo debería empezar en JJ Dómine, si no se va a quedar corto». «El equipo redactor debería desbordar el ámbito del plan», apuntó.

La intervención de Esteban Chapapría, profesor de la Escuela de Ingenieros de la UPV, fue incluso más dura al asegurar que «el debate llega tarde». En proyectos de la transcendencia de la marina real, destacó, «primero se debería involucrar a todas las partes, luego deliberar y finalmente se decide qué hacer».

José María Lozano, principal impulsor de las mesas de debate, agradeció las aportaciones de sus colegas pero insistió en que «estamos regenerando una zona no reurbanizándola» e inisistió en que las dotaciones del entorno están cubiertas.