Es habitual, que no normal, que la alcaldesa ante cualquiera que muestre su discrepancia política, ya sea miembros de la oposición o de la ciudadanía, lo descalifique con que es un «antisistema».

Pedirle explicaciones por las consecuencias de su gestión, es ser un antisistema para la alcaldesa. Solicitarle que asuma su responsabilidad política por los casos de corrupción que la rodean, es ser un antisistema. Que la ciudadanía se manifieste defendiendo sus derechos y libertades, es ser un antisistema.

Otra alusión habitual, que no normal de la alcaldesa, cuando se le piden explicaciones es que no se conoce la división de poderes. Nuestra alcaldesa hace su particular visión de la tesis de Montesquieu, a su favor, por supuesto. Y es que, forma parte de su naturaleza y la de cualquier ciudadana de derechas de toda la vida.

Rita Barberá nos intenta vender a todos una imagen de victimismo rancio y ridículo. Se autocalifica como víctima de los controles, de la ley, de la oposición y de cualquier persona que no esté de acuerdo con su manera de hacer las cosas.

Igual el mejor ejemplo de antisistema es la propia alcaldesa. Como lo es Esperanza Aguirre, porque que puede haber más «anti» del sistema legal que tenemos que cometer una infracción de tráfico, no hacer caso de los agentes de la autoridad y huir del lugar de los hechos.

Resulta que, además, a la patriótica alcaldesa de trencadís le da por sacar nuestra bandera y hablar de identidad en tiempos de elecciones, pero se olvida de la misma bandera y de la misma gente, cuando presuntamente amigos y amigas de su entorno y su partido han saqueado sin ningún remordimiento a los valencianos. Vaya con los malignos antisistema, no se dejan saquear y encima le piden explicaciones.

Cuando hace lo que le viene en gana, el sistema para Rita Barberá funciona, pero si la cosa se tuerce y alguien levanta la voz para decirle ¡ya está bien! ¡dé explicaciones!, entonces el chip de la derecha se pone en funcionamiento y pasamos a ser los ruidosos antisistema que quieren controlar al gobierno.

Antisistema o no, dudo que al resto de valencianos y valencianas nos proteja con tal frenesí. Pero tenemos muy claro que, le guste o no el sistema democrático y la verdadera separación de poderes a Rita Barberá, nosotros ejercemos nuestro derecho y obligación, como oposición y como ciudadanía.