El pleno del Ayuntamiento de Valencia aprobó ayer el PAI del Parque Central con los votos del PP y el rechazo de toda la oposición. Y es que lo que la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, considera un hito «histórico» que permitirá licitar el 40% del parque, para el resto de grupos municipales es un «engaño» a los vecinos «para decir que se ha hecho algo antes de las elecciones» obviando que «el verdadero parque central es eliminar las vías y la fractura urbana» que provocan, algo que no está en las previsiones más inmediatas.

El parque central fue el eje de un pleno nuevamente marcado por el urbanismo en el que la noticia propiamente dicha fue el nuevo cuatro de Felipe VI que presidía el hemiciclo. En el punto séptimo, figuraba la aprobación del Programa de Actuación Integrada (PAI) de la unidad de ejecución A4-1 del Parque Central, que permite la ejecución de una de las tres fases en las que se ha subdivido este proyecto mientras se quitan las vías y se puede hacer el resto. Su aprobación en el pleno, de hecho, permitirá sacar a licitación las obras de esta zona pegada a la calle Filipinas.

La oposición, sin embargo, no está de acuerdo con la fórmula del equipo de Gobierno. De «decepción» y «frustración» calificó el concejal socialista Vicent Sarrià este PAI, pues el proyecto, «el más importante para la ciudad desde el Plan Sur», debía acabar con la fractura urbana que provocan las vías y eso no ha sido posible porque «el Gobierno central dice que es muy caro» y encima ha contado con «la cabotà más memorable» de la alcaldesa Rita Barberá.

Sarrià precisó que no cuestiona el fraccionamiento del proyecto, sino el hecho de que «se facilite al Gobierno los incumplimientos con esta ciudad». «Si la señora alcaldesa amenazó a Rajoy con dimitir por el Cabanyal, más importante hubiera sido hacerlo por esto», añadió el concejal socialista entre palabras de la alcaldesa calificando ésto último como «novelas».

En el caso de Joan Ribó, portavoz de Compromís, los problemas son dos. Por un lado, «se intenta hacer alguna cosa» para «esconder que el parque central, el que acaba con la fractura de la ciudad, continuará mucho tiempo sin hacerse». A su juicio, «el núcleo central del parque sigue parado 23 años después» y encima el ayuntamiento ha tenido que pedir un crédito de 45 millones a pagar entre 2017 y 2025 para ejecutar lo que él llamó «parte colateral».

Precisamente, el portavoz de EUPV, Amadeu sanchis, incidió en la falta de financiación del Gobierno central, que ha obligado a fraccionar las obras y que alarga peligrosamente en el tiempo la finalización del proyecto. «Esto es disimular dijo el abandono del Gobierno de Mariano Rajoy con esta ciudad».

Defensa compartida

Frente a este chaparrón, el vicealcalde Alfonso Grau retrocedió en el tiempo para afear a los socialistas que cerraran el AVE en una estación provisional «para inaugurarlo antes de las elecciones». Dijo, así miso, que el préstamo será devuelto al Ayuntamiento de Valencia y se preguntó, en cualquier caso, por qué no habrían de actuar en esta parte de Russafa mientras se resuelve el resto del parque. «Vayan ahí fuera y digan a los vecinos que se oponen al inicio de las obras», dijo Alfonso Grau a la oposición convencido de que el propósito de aquellos es que las obras no empiecen.

Su discurso, por si había alguna duda, fue posteriormente reforzado con unas palabras de la alcaldesa en las que calificó de «histórico» el día de ayer (por la probación del PAI). Histórico porque «es una vieja aspiración de los valencianos» y porque ha tenido que pealar mucho para llegar aquí, desde su reivindicación del AVE en 1992, hasta el compromiso de que no fuera en «zanja» o su oposición a crear un «Manhattan». Todo ello la «llena de satisfacción» y le permite asegurar que «las cabotàs las pegaron otros, no yo».

A esta aseveración, fuera del orden del pleno, trató de responder el socialista Joan Calabuig, pero la alcaldesa no le dio la palabra.

Benimaclet y Cabanyal

Fuera del Parque Central, el debate urbanístico se centró en el Cabanyal, el PAI de Benimaclet o el Palacio de Congresos. Aunque era un «da cuenta», la oposición tomó la palabra en el punto que hacía referencia a la aprobación por parte de la Generalitat Valenciana de la modificación urbanística que permite la ampliación del Palacio de Congresos. Lo hicieron para congratularse de la suspensión del proyecto y pedir su retirada definitiva, a lo que Grau respondió asegurando que se retomará en cuanto la situación económica de la entidad lo permita.

Si estuvieron de acuerdo la oposición y el equipo de Gobierno en hacer un nuevo proyecto, consensuado con los vecinos, para el PAI de Benimaclet después de declarar caducado el convenio con el agente urbanizador.

Pero volvieron a emerger las discrepancias cuando la oposición preguntó al vicealcalde por el Cabanyal y el acuerdo al que se ha llegado con el Gobierno para cambiar la orden ministerial que mantiene bloqueada la prolongación de Blasco Ibáñez. Grau aseguró que no ha retirado el recurso ante el Tribunal Supremo para evitar una sentencia en contra, pues aún así queda viva la sentencia anterior que también era contraria. Y aseguró que levantará el bloqueo de licencias cuando avance el proceso para cambiar la orden, que «no es inamovible».