La escultura de Manolo Valdés en la salida oeste de la ciudad, la Dama Ibérica que se ubica en la rotonda en la que confluyen la avenida Corts Valencianes y la calle de la Safor, vuelve a tener la agua. La obra, que se instaló en su actual ubicación en 2007, se concibió como una fuente pero estaba seca desde hacía un tiempo. El agua volvió ayer al conjunto, compuesto por una escultura de un intenso azul cobalto en el centro de una fuente sobre un pedestal de hormigón. La dama está iluminada por 20 focos y 18 proyectores bajo la lámina de agua. La silueta se ha forjado con 22.000 pequeñas piezas que reproducen a escala el conjunto y ya es una de las más conocidas de la ciudad.