«Revisores en la Línea 5». Así, tan escueta y eficazmente, se comunican los miembros que participan de una nueva red social para alertar de la presencia de controladores de billetes en el metro de Valencia. Se trata de una aplicación, Memetro, que facilita en tiempo real la consulta de las alertas y la creación de nuevos avisos indicando la presencia de revisores. La picaresca y el ingenio unidos en el lenguaje 2.0.

El sistema de alertas se basa en la actividad de las personas usuarias que comparten información alrededor del lugar, el momento y tipo de control de billetes, información que otros participantes pueden consultar y expandir, mediante «retuiteos», para llegar así a un mayor número de viajeros.

Aunque la aplicación se encuentra en una fase muy incipiente en Valencia, en ciudades como Madrid o Barcelona donde surgió lleva funcionando cerca de dos años. Sus creadores defienden que se trata de un proyecto artístico surgido a raíz del malestar social, algo parecido a la campaña contra el pago en los peajes «jonopague», pero a nivel metropolitano y con esta herramienta para jugar al «ratón y al gato» de por medio. En Madrid, de hecho, tras las reiteradas subidas de precio de los billetes, muchos ciudadanos optaron por la opción de colarse, a modo de protesta.

Este proyecto recoge ese guante. «Memetro es un tipo trastorno del funcionamiento de la memoria, durante el cual la persona afectada es incapaz de recordar que según la normativa vigente de los transportes metropolitanos, ha de validar el título de transporte en la entrada de las instalaciones de tren o metro», explican con guasa en su página web. La asociación cultural Trastorno Memetro (nombre inspirado en la película Memento, en la que el protagonista perdía la memoria reciente) está inscrita como tal en el registro de la Generalitat de Catalunya. Mas allá de las actividades de la asociación relacionadas con el «trastorno», Memetro es una asociación cultural de colaboración e intercambio, dedicada al arte digital.

Caja para pagar multas

Otro de los servicios que se ofrece a las personas asociadas es la caja de resistencia. El dinero que contiene esta caja proviene de las donaciones y cuotas de las personas socias y tiene como finalidad afrontar de forma colectiva el pago de multas, que en caso de llegar a la vía penal pueden alcanzar entre los 150 y los 600 euros al mes. Sin duda, una herramienta que pondrá las cosas más difíciles a Ferrocarrils de la Generalitat.