Cinco personas, entre ellas un niño de 8 años, resultaron ayer heridas leves tras desprenderse parte del falso techo de una de las entradas al centro comercial Arena, en el barrio de Orriols de Valencia. Según confirmaron fuentes del cuerpo de Bomberos, el derrumbe se debió a un fallo en el montaje de la estructura metálica y de hormigón, que provocó que alrededor de las 19.35 horas de la tarde cerca de 60 m2 de pladur, hierros, cableado eléctrico y alguna cañería cayeran de improviso sobre los usuarios que por allí pasaban.

«Ha sido todo en cuestión de cinco segundos. Se ha oído un estruendo y de repente había mucho polvo y costaba respirar», contaba a Levante-EMV una mujer que presenció el derrumbe con a su hija pequeña minutos después del suceso. Junto a ella, dos dependientas de la farmacia cercana al punto de desprendimiento trataban de calmarse. «No hemos visto nada. De repente todo el techo estaba en el suelo y la gente corría», narraban presa de los nervios.

Respecto a los heridos, (bomberos los cifra en cinco) el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) indicó que se trataba de un hombre de 44 años que fue evacuado al centro de rehabilitación de Levante, una mujer de 43 años y su hijo de 8 que fueron llevados al Clínico, y un hombre de 69 trasladado por la ambulancia de bomberos a La Fe. Uno de los heridos más aparatosos fue uno de los guardias de seguridad del centro, que sufrió cortes en el brazo y los pies al ir a comprobar si había personas bajo los escombros.

Aunque en un primer momento se barajó la hipótesis de que la caída se había producido por el reventón de una tubería de agua, los bomberos aseguraron al filo de las nueve de la noche que se debía «a todas luces» a una deficiente instalación de la estructura del falso techo de este centro comercial, que apenas cuenta con cinco años.

«No ha pasado nada de milagro»

Decenas de usuarios y viandantes se concentraron alrededor de la zona acordonada por los agentes de seguridad (policia nacional, local y bomberos se desplazaron hasta allí). «No ha pasado una desgracia de milagro», era uno de los comentarios más extendidos, teniendo en cuenta que el derrumbe se dio un sábado por la tarde en hora punta (aunque sin partido en casa del Levante UD).